lunes, 28 de noviembre de 2016

Un corazón que late a ritmo de adviento


  Muchas veces nos encontramos a tantas personas que, de alguna manera, buscan ese 'algo más' que todos esperamos. Muchas veces, cuando menos lo intuimos, se nos regalan encuentros en los que aunamos deseos de vivir con mayor anchura. Aunque no lo digamos así, aunque en tantas ocasiones pase desapercibido. En el fondo, nuestro corazón late a ritmo de adviento. Lo que somos viene viviendo esa tensión de que llegue algo, o mejor Alguien, que tenga algo que decirnos. Y, en ese intento, hemos querido echarle imaginación con un mensaje especial que hoy compartimos. Porque todos esperamos la Palabra que haga vibrar nuestro día a día. Porque todos estamos a la espera. Porque todos merecemos que Alguien tan bueno nos visite.

   Ojalá sea este tiempo de Adviento el momento oportuno para poner al día eso que tanto anhelamos, y ojalá recibamos la Luz que se nos viene para poder acoger tanto misterio... ¡Feliz tiempo de Adviento!

Querido amigo, querida amiga...
  Quizá te sorprenda que te escriba. Quizá pienses que todo forme parte de una idea, de un proyecto, de un tiempo bonito. Sin embargo, llevo queriéndote decir algo mucho tiempo. Tanto, que pueda ser una eternidad. Tanto, que hasta aquello que te digo va en mi propio corazón.
  Sí, en mi corazón. En el mismo que el tuyo. Allí es donde recuerdo a cada momento quién eres, cuál es tu nombre, cuáles son tus deseos, dónde están tus tropiezos… te conozco. Te conozco desde antes de que tú lo supieras. Tanto, que te llevo escrito en la palma de mi mano. Tanto, que tu nombre lo escribí en las estrellas. Te conozco porque sé lo que tú has vivido, yo también pasé por lo mismo que tú. Pasé por aquel conflicto que hace tiempo tuviste tan malo. Transité por los sueños que te hacen sentir vivo. Me perdí alguna vez que otra en pequeñas rencillas que no me ayudaron. Nací. Como tú. Crecí. Como tú. Y traté de afrontar la vida con la mayor fuerza de la que fui capaz. Como tú lo estás tratando de hacer ahora. Y Dios siempre estuvo conmigo. Como contigo.
  Y así te voy desvelando el porqué de este nuevo nacer de cada año, de cada día. Porque sé que lo que yo viví lo puedes vivir tú. Porque en tu corazón puede prenderse la misma llama que me hizo a mí capaz de conocer en profundidad tanto; de amar, hasta el extremo; de servir, aunque todo invite a no hacerlo; de alabar, porque nuestra mirada está puesta en una esperanza más grande. Sí, amigo de camino. Yo vine para que tú pudieras vivir al máximo. Vine para que vivieras a fondo. Vine para que no olvides que te amo. Desde siempre. Enteramente. Porque yo, con todo lo que soy, quiero hacerte valiente.
  No dudes mucho más. No te dejes vencer por esa mala racha, por ese tiempo de olvido, por ese ‘no te encuentro’. No. Ven a encontrarme conforme estoy viniendo. Con todo el amor del que soy capaz. Con toda la sencillez que tiene un niño. No te prometo grandes espectáculos, pero te aseguro que, si me esperas, yo siempre estaré contigo. Para cruzar juntos esos puentes difíciles que se te presentan. Para avivar en ti el deseo de ser mejor. Para recordarte, con todas mis fuerzas, que eres amado. Infinitamente amado. Y, por eso, la vida merece la pena. Y la alegría.
  Espérame. Estoy viniendo. Y soy yo mismo quien vengo. No pases página. No te detengas… sé que este tiempo va a ser, para ti, nuevo. Ya estoy viniendo. Ya te estoy queriendo…
  Tuyo,
יֵשׁוּעַ

domingo, 30 de octubre de 2016

¿Y si hoy fuera nuestro encuentro?

Con tantas ganas te espero
   y con tantos inconvenientes me topo.

Con tantos deseos te hablo
  y cuanto murmuran tras de nosotros.

Con qué alegría te fijaste en mí
  y con qué firmeza hiciste brotar mi cambio.

Mi vida entera pasó por tu encuentro.
Tu vida oportuna visitó mis pobres intentos.

Ahora,
 no hay gentío que me aparte,
 ni árboles estrechos,
 ni comentarios que me tachen,
 ni banquetes pasajeros.

Que si de verdad se dio este encuentro
 fue para que me deje ya de excusas,
 para que me pusiera a tiro de tu paso,
 para que pudieras venir a buscar y salvar
 lo que ya estaba casi muerto.



Lecturas del XXXI Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo C

sábado, 4 de junio de 2016

Un corazón por Dios tocado...

   Hoy celebramos la fiesta del Corazón de María. Nosotros, hijos de su Corazón, misioneros claretianos, no podemos dejar de agradecer lo que supone para nosotros esta dimensión de nuestra vida. Ser sus hijos es ser hombres que guardan todo en el corazón y que, desde él, viven la misión. Como ella, fiarse de la Palabra. Como ella, señalar al Hijo. Como ella, seguir cumpliendo el plan de salvación de Dios para la humanidad. Con ella hoy celebramos que Dios nos sigue cuidando y sosteniendo. Con ella queremos seguir sirviendo a la Palabra, misioneramente, ardientemente... ¡Feliz día del Corazón de María!

Un corazón valiente,
capaz de fiarse del todo
creyendo al Todo.

Un corazón abierto,
que ama lo distinto
y crece en lo pequeño.
Un corazón de mujer,
entregado y fiel,
que danza al soplo del Espíritu.

Un corazón de Madre,
ardiendo en misericordia
que cuida lo débil fortaleciendo desde dentro.

Un corazón de discípula,
siguiendo las huellas del Maestro,
agradeciendo su cumplida promesa,
guardando su eterna Palabra.

Un corazón misionero
volcado a Su querer y al mundo,
que extiende sus brazos para su cuidado.

Un corazón que es
hogar de la Palabra,
paso firme, libre y decidido,
canto agradecido
y encuentro con el Misterio.

Éste es el Corazón de María.
Éste, del que somos sus hijos.
Éste, donde vivimos y nos formamos.
Este Corazón es el que queremos para el nuestro.
Sé tú, María, la fragua ardiente
donde nos configuremos con el Hijo.
Amén.


domingo, 15 de mayo de 2016

Por cada vacío... Tú



Por cada puerta cerrada 
   y cada ventana oculta.
Por cada cerrojo echado
   y cada suspiro negado. 
Por cada mano guardada
   y cada labio sellado.
¡Ven, Espíritu!

Por cada viento no impulsado,
por cada sospecha atentada,
por cada juicio inmerecido.
¡Ven, Espíritu!

Por cada noche oscura,
por cada tiempo no ofrecido,
por cada día no agradecido.
¡Ven, Espíritu!

Por cada recuerdo que hiere,
por cada hermano que nos duele,
por cada signo que no es comunión.
¡Ven, Espíritu!

Por cada paso al frente
  que te anuncie.
Por cada signo
  que nos recuerde tu presencia.
Por cada promesa de fe
  que te exprese.
Por cada rincón iluminado,
  cada mesa servida,
  cada amigo que a Ti nos lleve. 
¡Ven, Espíritu!

Sigue siendo el fuego que nos consagre.
Sigue siendo el don que se espera.
Sigue siendo el agua que nos sane
  y la guía que nos convierta.
¡Ven, Espíritu!


Lecturas de este Domingo de Pentecostés


miércoles, 11 de mayo de 2016

¡Gracias, Señor, por la vida compartida con el P. Luis Ángel!

Dicen las constituciones de nuestra Congregación que los misioneros claretianos debemos ser «esforzados colaboradores de los obispos». Algunas veces (más bien pocas) esta esforzada colaboración se materializa en la llamada a acoger en nuestro propio seno el ministerio episcopal. Nosotros estamos teniendo la dicha de vivir dicho don eclesial muy de cerca, en nuestro hermano Luis Ángel de las Heras, quien fue durante muchos años formador de nuestra comunidad de estudiantes de Colmenar Viejo y, desde el sábado, día 7 de mayo de 2016, es obispo de Mondoñedo-Ferrol. Una diócesis gallega de rica historia, de generoso presente y de esperanzado futuro que está acogiendo al P. Luis Ángel con una esplendidez que los que somos sus hermanos de Congregación nunca agradeceremos lo suficiente. Él, que fue pastor entre nosotros, lo es ahora de tierras gallegas, y lo es al modo como reza su lema episcopal, bajo el signo del pastoreo de Cristo: «Apaciéntame, Señor: apacienta Tú conmigo».


La catedral de Mondoñedo acogió el pasado 7 de mayo la ordenación episcopal de nuestro hermano, una celebración grávida de Palabra, rebosante de signos. Escuchamos la encomienda evangelizadora de Jesús a Pedro, de la que el P. Luis Ángel participa ahora como miembro del colegio de los Apóstoles. Rezamos con él y por él, pidiendo la venida del Espíritu y la intercesión de todos los santos. Le fueron impuestas las manos de los obispos presentes y el mismísimo Evangelio en señal de la efusión abundante del Espíritu Santo sobre él. Fue crismado con óleo santo como sacerdote, profeta y pastor. Se le entregaron el Evangelio que está llamado a predicar, el anillo que le une en alianza a la Iglesia que debe pastorear, la mitra que refleja su tarea pontifical entre Dios y su pueblo y el horizonte de santidad hacia el que camina, el báculo con el que llama a sus ovejas al aprisco, pidiendo misericordiosamente su obediencia. Tomó posesión de la cátedra de Mondoñedo-Ferrol, gesto que el domingo repitió en la concatedral de S. Julián de Ferrol. Recibió la adhesión de los fieles de la diócesis, representados por un presbítero diocesano, dos religiosas y una familia cristiana. Y, finalmente, se paseó entre los suyos bendiciendo la porción del pueblo de Dios que le ha sido encomendada. Todo ello en un clima de profunda oración, densa emoción y sincera alegría.

Desde nuestra comunidad, nos unimos a la acción de gracias a Dios porque ha sido grande su amor para con su nuevo obispo y, en él, para con todos nosotros. Algunos de los que fuimos queremos dejarte en este espacio un breve eco que nos recuerde tu ejemplo y nos siga animando a crecer en esta hermosa tarea misionera:
"Para mí fue un día especial: la inmensa acogida de la gente, la sonrisa de Luis Ángel, la emoción de nuestros hermanos... Estoy orgulloso de Luis Ángel. Él fue mi Superior Provincial cuando llegué a España, y su acogida fue espléndida conmigo. Por eso estoy seguro de que él ya está acogiendo con los brazos abiertos a su nuevo pueblo como lo hizo con nosotros. Siempre le recuerdo así: con los brazos abiertos, dispuesto a ser cercano a cada uno. Dios siga bendiciendo su apasionada tarea de pastor." Rayappa Nathanael, cmf
"Es una alegría enorme para mí que un claretiano sea capaz de aceptar un servicio para la Iglesia con tanta delicadeza, con tanta pasión. Para mí, ver a Luis Ángel es entender la profecía de nuestra vocación de servicio y entrega patente." Sarin John, cmf
"Cuando era mi formador y después siempre le decia 'eres un hombre de Dios'. Hoy digo contento que lo sigue siendo. Este fin de semana he vuelto a verle tan alegre como siempre con su tarea, sea la que sea. Él es un buen pastor, será un buen pastor. Porque fue un misionero de calle, será un obispo de calle: dispuesto a acoger, a buscar con otros soluciones, a asumir lo que le venga con paz y alegría." Charles Rolón, cmf

Sabemos, querido P. Luis Ángel, que tú nos llevas en tu corazón y puedes estar seguro de que Colmenar Viejo seguirá siendo tu casa para siempre. Esta comunidad reza por ti con intensidad y con gozo y espera ver realizado en ti el mismo espíritu de entrega y pasión con que S. Antonio María Claret afrontó su ministerio episcopal en Cuba, España, París y Roma. Porque, como a él, la caridad de Cristo te urge y el corazón de María te guarda.

¡Parabéns, irmán!

domingo, 17 de abril de 2016

¿Quién me mira?


Sé tu nombre.
Sé quién eres.
Sé qué sueñas.
Te llevo sobre mí cada tiempo.

Sé hasta dónde te escapas.
Sé hasta cuándo me esperas.
Sé hasta cómo me escuchas.
Te miro con pasión desde siempre.

Sé que tu oído puede oírme.
Sé que tu nombre en mis labios te estremece.
Sé que tu y Yo, si quieres, podemos ser uno.
Te llevo pensando,
   nombrando
   y sosteniendo
   desde lo eterno.

domingo, 10 de abril de 2016

Lo que Tú ya conoces...


Qué tendrá el mar de Galilea
que tanto enamoró
y que tanta pasión presenció.

Que tendrá el mar,
el Tiberíades,
donde tanta zozofra fue calmada,
donde tanta desesperanza fue convertida,
donde tanta fe fue regalada.

Que tendrá el mar,
Amigo amante,
que eliges sus orillas para atraernos,
sus aguas para verte,
su descanso para escucharte.

Llévanos al mar de los encuentros,
donde Tú sigues viviente
-para reconocerte-,
donde Tú sigues amando
-para investirnos-,
donde Tú sigues enviando
-para anunciarte-.

Allá, en el mar de Galilea,
donde sigues preguntado
por nuestros quereres,
los que Tú ya conoces,
los que Tú ya amasaste...

lunes, 4 de abril de 2016

Feliz día del anuncio desprendido



Escribió hace tiempo un conocido autor:
«Para escribir, como para vivir o para amar, no hay que apretar, sino soltar, no retener, sino desprenderse. La clave todo está en la magnanimidad del desprendimiento...» [Biografía del silencio]


¡Cuánto nos cuesta, cuánto nos rompe tratar de desprendernos! Y, sin embargo, cuando uno mismo se pone a tiro de tal arte, parece que el camino se allana y el peso se aligera. También esto lo aprendemos de Ella, de la Mujer desprendida. De María, la que confió su vientre y su vida a un sueño eterno. La que, día a día, nos enseña a abrazarnos por dentro para soltarnos según el querer de Dios. Sin retener nada, sin asegurarnos nada. Todo, por un sí.

jueves, 31 de marzo de 2016

¡Feliz Pascua!


«¡Vosotros sois testigos de esto!» acaba diciéndonos el evangelio de hoy... ¡y cuánta razón lleva! Durante toda esta semana, como sabes, celebramos la octava pascual. Ocho luminosos días que siguen manteniendo la intensidad de la fiesta de la Vigilia Pascual. Y no es para menos. Nosotros, desde lo que somos, tenemos una tradición en esta semana: en cada eucaristía de la tarde vamos compartiendo lo que el Señor Resucitado nos ha regalado en esta Semana Santa. Cada uno desde la experiencia que ha vivido, en el lugar donde haya estado y con quienes haya compartido estos días. 

Como un niño que desvela donde guarda su tesoro a un amigo, así nosotros vamos haciendo partícipes a nuestros hermanos de cómo Dios nos ha bendecido. Jobish y Sarin han vuelto muy agradecidos a su Provincia de Euskal Herria la acogida y apertura de los jóvenes con quienes han vivido el Triduo en Dima. Rheadh y Denís compartieron con nosotros la alegría de haber participado en las celebraciones de la Parroquia de Ntra. Sra. del Espino (Madrid) con sus gentes y en la vida apostólica de la comunidad claretiana. Raju, que pertenece a Inglaterra, contaba cómo el Señor le ha ido acompañando en el rostro y la acogida de los fieles de nuestras parroquias de Buckden y Hayes, donde celebró la Vigilia Pascual y cantó con el coro las letanías, siendo un momento especial que él recuerda. Volviendo a la península, Claver, Rayappa y Jorge viajaron hasta Dueñas (Palencia) para participar en la primera Pascua Conjunta que organizó el Equipo de PIJV de la Provincia de Santiago. Junto a más de cien jóvenes y monitores vivieron la intensidad de estos días, teñidos de la belleza de la vida comunitaria que se tejió entre los claretianos que allí estuvieron. 

Y como corazón de esta Pascua, quedaron contemplando el Misterio el resto de hermanos en Colmenar Viejo. A través de los iconos y del tiempo de silencio, acompañaron la pasión, muerte y resurrección para que les quedase señalado a fuego en su corazón. 

Aún quedan días para compartir. Aún queda por delante la cincuentena del tiempo pascual, que siempre nos recuerda que nuestro Dios va delante, en alegre fidelidad con nosotros. 

Cuántas personas, cuántas historias, cuántos rostros nos han acogido y regalado lo mejor de sí para que Dios se vaya haciendo presente en cada vida, para hacernos Vida en mayúscula... ¡vayamos adelante con Él! Y que no dejemos de urgirnos, como aquellas mujeres, en anunciar que está vivo y que nos vive... ¡Feliz Pascua!
Claver y Jorge con dos monitoras del Claret de Madrid, Bea y Arancha

En la reserva del Santísimo del Jueves Santo, claretianos sacerdotes y seminaristas con los jóvenes

Foto final de la Pascua Conjunta #tumismocorazón


domingo, 27 de marzo de 2016

The laughing Christ

We only need the brilliant light of faith so that we can see, once more, the smile of God!


THE LAUGHING CHRIST

There was this famous painting of a “Laughing Christ” which would always catch my attention.
The painting is so simple. There was only Jesus on the fresco. Laughing.
One day, I was invited by a group of catechists to talk about the said painting.
And I started to take a good look in my file cabinet to see if I have written something which could somehow capture what I wanted to share– happiness.

And so I did. I looked. For two and a half hours.
And that was the first time I realized that I have never written yet any single paper about happiness.
That was the first time I realized that like so many other priests, my reflections are sad.
Always sad. Always negative. Talking only of the sins and the moral sickness of our world.

Perhaps my religion is like that. Perhaps my life experience is like that. Negative. Sad. Sin-centered. Forever gloomy.

I must allow my Christ, my DEAD CHRIST, to rise from the dead, as He actually did, and I must allow Him to triumph, and be victorious over sin and suffering. God is a God who wins. And who smiles.

How about you? Did you ever write a happy reflection? Did you ever, ever– really– as though you meant it– did you ever go beyond the cross and Calvary to the ecstasy of Resurrection?

More often than not, we only think that all the people in our church and in our world are sinners, all sinners and only sinners. We think that there are no saints among us. We believe, many times, that there are no human beings who repent and try again and strive to become better persons.

I must confess. I have not reflected and talked enough about the RISING AGAIN of CHRIST, the VICTORY OF GOD.

Yet how many times have we thought that Jesus could also laugh?

But look at the painting. We have there a laughing Jesus, a happy Jesus. So simple. So calm. So pure. So victorious. We only need the brilliant light of faith so that we can see, once more, the smile of God.
And it is always there. Always beautiful. Always perfect.

And so is our lives. There is beauty, there is heroism and dignity. We should never allow despair to overcome us, for we are all noble heroes in each day of our lives!
And what did I realize then?
That our world is filled with life and happiness and victory and hope and healing and Resurrections. That our face is not only meant for wrinkles and for frowns but for endless smiles and laughter.









Because we are the children of Easter morning! Because we are all children of a wonderful God! Because we are all saved by a happy Jesus!

sábado, 26 de marzo de 2016

Domingo de Resurrección: '¡Ha resucitado!'

¡Y la Vida irrumpe!
¡La Vida triunfa!
¡La Vida es la última palabra!

Porque no hubo acción de gracias baldía, ni confianza frustrada, ni pasión olvidada, ni amén ignorado. Porque ningún rincón entregado ha sido perdido, ni ningún jirón donado arrancado. Más bien hoy todo queda iluminado, agradecido, ensanchado. Porque la vida, Su Vida, es más fuerte que nuestra muerte; porque su Amor ha sido más desbordante que nuestro miedo... ¡Danza hoy con la Vida, todo es nuevo!
Que me viva
la Vida que vence,
la que salva,
la que alza.
Que me viva
la Vida,
la Tuya,
la que quieres que sea
-también- la mía.
Vívime,
que sólo seré
si es contigo
viviendo...
¡hasta el extremo!


Sábado Santo: 'Antes de salir el sol'

No todo puede ser sombras, aun habiéndolas. No todo puede ser tinieblas, aun cerrándonos. No todo puede ser oscuridades, aun cegándolos. No todo puede ser muerte, aun muriendo. Parece que el silencio es más que esta impotente sensación. Puede ser paciente y fecundo si la pasión lo amasa, si la pasión nos alienta. 
Aún mañana podrá salir el sol. 
Aún mañana puede que nos visite Tu vida... aunque hoy todo sea silencio.


«El domingo por la mañana, muy temprano, antes de salir el sol...» [Juan 20, 1]

viernes, 25 de marzo de 2016

Viernes Santo: 'Nos amó y se entregó'

¿Qué pensar ante la Cruz? ¿Qué decir de ella? ¿Qué permitir al corazón sentir cuando en ella tantos rostros sufrientes se clavan? No convienen muchas palabras. No convienen grandes discursos. Conviene permanecer de pie, estar enteros. Ante Él. Y Él nos seguirá hablando, como siempre, ensanchando sus brazos, a pecho descubierto...
Que me duela
lo roto de tu cuerpo,
la entrega de tu cruz,
la herida de tu rostro.
Que me duela y me conmueva,
con tan solo mirarte,
con tan solo en Ti encontrarme.
Que el grito de tu pecho
sea la danza de este duelo.
Así conmovidos quedamos:
Tú con tus brazos abiertos;
yo con mis manos vacías...
ambos, esperando el abrazo
que es eterno.


«Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: ‘Está cumplido.’ E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.» [Juan 19, 30]

jueves, 24 de marzo de 2016

Jueves Santo: 'En memoria mía'

No fue un gesto sin cuidado. No fue una despedida sin huida. No fueron palabras al azar. Fue un gesto eterno, unas palabras a fuego, un agradecimiento anticipado, una despedida confiada. Fue un amor hasta el extremo. Él se puso a la mesa. Él supo cómo hacerlo. Adéntrate en el cenáculo. Fíjate en lo que dice. Y deja que tu corazón hable, sin miedo...
Que me alcance
la luz de tu gesto,
el testigo de tu mesa,
la intimidad de tu secreto.
Que me alcance y me supere
-sin miedo y sin permiso-.
Será este el camino
para que Tú
te abajes y me laves,
te abajes y te rompas,
te abajes y te compartas.
Más íntimo que en mí mismo.
Así, tan sólo por mí. 


«Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.» [Jn 13, 1]

lunes, 21 de marzo de 2016

Una palabra para cada día de esta Semana Santa contigo...

Qué bella es la vida cuando irrumpe con toda su fuerza. Y en ella, todo lo que abarca: la amistad y la traición, el abrazo y la mentira, la libertad y el juicio, la vida y la muerte. Cada minuto tiene algo de esto y mucho más. Es apenas imperceptible: necesitamos permanecer atentos a cada detalle para rozar el milagro al que asistimos a cada instante. Quizá por eso no está demás atender a lo que llamamos Semana Santa. Santa por todo lo que de Dios acontece en nuestro aquí y ahora, en tu vida concreta.

Como cada año, la comunidad que formamos se repartirá para vivirla en otras comunidades. Raju estará en Inglaterra, conviviendo estos días con sus hermanos de Delegación, como harán Sarin y Jobish en la provincia de EuskalHerria. Rayappa, Claver y Jorge estarán en Dueñas, en la pascua juvenil que organiza la provincia de Santiago. Rheadh y Denís lo vivirán en la Parroquia de Ntra. Sra. del Espino, en Madrid. El P. Josema compartirá estos días en la comunidad de Basida-Navahondilla. El resto, celebrarán con otros amigos la Pascua Contemplativa que organizamos en esta casa (Si quieres participar, ¡aún estás a tiempo! Contacta con nosotros en el teléfono de la imagen).

Estemos donde estemos, queremos vivirlo también desde aquí, contigo. Por eso, iremos compartiendo una palabra, un pensamiento para cada día del Triduo. Para que así, aunque estemos separados, sigamos con los ojos fijos en Quien nos convoca... ¿te animas a vivirlo así? El jueves te esperamos para compartir tanta vida santa juntos...

domingo, 20 de marzo de 2016

Por lo que te recuerdo...

Si te recuerdo
no es por las puertas alzadas,
ni por el alborozo de los hombres,
ni por los ramos que te acompañan.

Si te recuerdo
no es por la alfombra de mantos,
ni por el entusiasmo de los tuyos,
ni por las piedras que clamaban.

Si te recuerdo
es por tu paso firme y decidido.
Por tu  sin reservas,
por tu decidida respuesta.

Si te recuerdo
es por tu gesto pensado y ofrecido.
Por la copa bendecida,
por el pan partido.
Por el llanto en los olivos,
por el silencio en el beso.
Por el camino que te juzga,
por la cruz que te acaba.
Por el suspiro que exclamas,
por el rostro que inclinas.

Si algo recuerdo,
si de Ti hay algo en mí,
es Tu vida entregada,
es Tu silencio que salva,
es Tu alianza sellada.




domingo, 13 de marzo de 2016

De tu intimidad a mis fronteras


Bajaste de lo íntimo
para hallarte en medio.

Dejaste tu paz
para devolverme la mía.
Escribiste mi perdón
para corregir mi fallo.
Provocaste su cambio
para aceptar el mío.
¿Quién eres
para agacharte conmigo?
Nadie me juzga.
Tú no me condenas.
Y abres ante mí
una nueva puerta.


¿Dónde iré tras este silencio,
tras las caídas de sus piedras,
tras tu amor para conmigo?
Mira que para mí esto es nuevo,
que algo nuevo en mí brota.
Dejo lo que perdido buscaba.
Amo lo que ciego no veía.
Abandono lo que me apartaba
para sanar en Tu mirada la mía.
Y permaneceré en pie
para seguir lo que ya Tú me digas.



domingo, 6 de marzo de 2016

Entre dos amores anda mi vida


Entre dos amores anda mi vida:
entre el que espera sin medida
y el que rehúye sin razón.

Entre dos amores camina, 
entre el que todo lo espera,
lo aguanta y lo soporta,
y el mío frágil,
pequeño,
engreído.

Así es mi vida,
historia de dos amores.
Entre el todo del Padre
y el vacío del hijo.
Entre el que espera con brazos abiertos
y el que sufre la lejanía,
y el que sufre la envidia. 
Entre los besos que sanan
y el silencio que me culpa.

Entre dos amores anda mi vida.
Pero sólo uno es el Amor 
con el que se funden ambos,
donde la culpa se condona,
donde la herida cicatriza,
donde el juicio perdona.
Hoy sólo pido 
que tu amor de Padre
venga a mis lejanías.
Que tu amor de Padre
sea donde sólo habite.



Lecturas del IV Domingo de Cuaresma - Ciclo C

domingo, 28 de febrero de 2016

Tenme paciencia, Señor mío...


Tenme paciencia, Señor, tenme paciencia.
La misma con la que Tú amasaste mi barro
y soplaste en mi rostro aliento de vida para que existiera.

Tenme paciencia, Señor, tenme paciencia.
La misma con la que Tú creciste,
con la que Tú te hiciste hombre,
con la que Tú viviste entre nosotros.

Tenme paciencia, Señor, tenme paciencia.
La misma con la que hermoseas mis brotes frágiles
y fortaleces las ramas que los sustentan.

Tenme paciencia, Señor, tenme paciencia,
porque no siempre atiendo el tiempo de cosecha
ni tampoco me preocupo de lucir florido
la belleza con la que bendices mi copa.

Tenme paciencia, Señor, tenme paciencia.
Bendíceme con la tuya,
la que siempre ha estado presta a acogerme alejado
y a abrazar cada una de mis betas.

Tenme paciencia, Señor, tenme paciencia.
Permíteme ser tan paciente como Tú eres conmigo.
Porque aun esperando Tú más de mí que yo mismo,
sólo la vida brota con toda su fuerza
cuando tu tiempo es también el mío. 


domingo, 21 de febrero de 2016

Qué tendrá Tu rostro de Luz...


Qué tendrá el rostro que tanto revela.
Qué tendrá el rostro radiante que tanto ensancha.
Qué tendrá el rostro de luz que tanto impulsa. 

Qué tendrá Tu rostro, Señor, que tanto nos reveló.
Tanto,
que ni hablar supimos,
que ni responder pudimos.
Tanto,
que sólo el silencio guardó
lo que se dijo de nuevo.
Tanto,
que aún siendo otro eras el mismo;
el tan nuestro y el siempre Eterno,
el que hasta el extremo nos amó.

Tu rostro,
el cambiado,
el transfigurado,
el del Amor derramado
y la Luz habitable;
el de la Esperanza cierta
y la Vida inapagable.

Tú, el del rostro transfigurado,
por el que clamó el cielo
y la voz resonó.
Tú, el amado.
El Único capaz de hacernos transfigurados.
El Único capaz de acompañar, lleno de luz, nuestros pasos. 
El Único que por amor se entregó...


domingo, 14 de febrero de 2016

Contigo, Señor, aunque se me tiente


No puedo pedirte, Señor, que no se me tiente.
No puedo pedirte, Señor, que me ahorres este trago,
   que mi vida sean rosas y vino,
   que sea impasible ante el dolor del otro,
   que te olvide cuando quiera
   y te recuerde cuando me convenga.

Pero sí puedo pedirte y te pido, Señor de la Vida,
   que sepa serte fiel en la prueba.
Puedo pedirte que sepa ser más como Tú para ser más yo,
  amando el barro de mi vida y la noche que atravieso.
Puedo pedirte que me hagas verme como Tú me miras,
  que en mi boca pongas palabras decididas
  y en el corazón la misericordia de tus deseos. 
Puedo pedirte que no me dejes caer en la tentación,
  que fortalezcas lo débil en mí,
  que tu gracia me baste, 
  que no dude de haberme fiado. 

Puedo pedirte, Señor, que te quedes conmigo.
Puedo pedirte, Señor, que te quedes. 
  Que te quedes sin irte, 
  que me acompañes sin dejarme,
  que seas Tú sin que yo te pierda,
  que a tu paso, me adentre. 
   En el desierto y en la tormenta,
   en la noche y en la tarde,
   en el duelo y en el luto,
   en el ayuno y en la abundancia.

Contigo, Señor, aunque se me tiente. 





martes, 9 de febrero de 2016

Cambiando: cuaresma 2016 - Change: lenten season 2016

  
   Aunque no siempre lo digamos, nos gustan los cambios. Tienen un toque de novedad, de riesgo, de inquietud. Como si llevarlo a cabo supusiera un desafío pequeño en medio de una aparente normalidad. Y esto a distintos niveles: desde un inocente corte de pelo, pasando por un nuevo modelo de gafas hasta la firme decisión de no enfadarte a la primera de cambio. Efectivamente, estos últimos son los más importantes. Los más profundos. Los que exigen de nosotros una dosis de realismo, de confianza y de libertad mayores. No siempre somos del todo conscientes que los cambios son buenos, hasta cuando una parte de nosotros queda sujeta en la incertidumbre: ¿seré capaz de lograr lo que me propongo? ¿No estaré arriesgando demasiado? ¿Y si me quedase aguardando bajo la excusa de 'virgencita, virgencita, que me quede como estoy'? Ahora bien, no te vamos a engañar. Decidirte a hacer un cambio en tu día a día es difícil. Difícil, sí. Imposible... no. Me temo que no es imposible. Ya lo escribió el evangelista: «para Dios no hay nada imposible» [Lc 1, 37].

  Though we do not say it that much, we want changes. They have a touch, a detail of newness, of risk, of restlessness. It appears like having it done supposes a small challenge in the midst of what is normal. And this is in different levels: from an innocent haircut to the newest model of eyeglasses and even to making a firm decision of not being angry for these changes. Without a doubt, these are important. Even more profound are those which demand from us a dosage of being realistic, of confidence and of freedom. We are not always aware that these changes are for the better until they make us uncertain and ask ourselves: Am I capable of doing what I propose? Is it not asking me too much? And excusing myself and say “I´d better remain as I am”? We are not going to deceit you. To decide that you make a change each day is tough. Tedious, yes. Impossible, no. I doubt that it is not impossible. The evangelist already wrote: “for God, nothing is impossible.” (Lk 1: 37).

   Hoy comenzamos un tiempo especial: la cuaresma. Cuaresma es pararte y ver qué es lo que necesita en mí un cambio. Pero no es cambiar por cambiar, sino conocer qué es aquello que me hace menos yo para ser más como Jesús. O lo que es lo mismo: convertirse para creer de lleno en el Evangelio. Eso será lo que hoy te digan cuando te impongan la ceniza sobre la frente... ¿y por qué ceniza? No es casualidad: ya desde antiguo era usada por quienes públicamente querían cambiar: reconciliarse con ellos mismos, con Dios y con los demás, convertirse en lo que realmente estaban llamados a ser. Es un gesto sencillo que nos recuerda tradiciones que cuentan con siglos de historia. Es poner sobre ti la certeza de que siempre podríamos ser mejores, siempre podríamos ser más parecidos al corazón de Dios. Sin grandes ceremonias ni gritos penitentes, sino con la amabilidad que regala la verdad de sabernos pecadores (ya sabes, menos tú mismo) y que necesitamos de Dios para seguir adelante (recuerda, más como Jesús, más tú mismo). Y Dios, que nos conoce mejor que nosotros mismos, hará posible el milagro: hacernos más como Él nos quiere. Él, mejor que ningún coach actual, sabe cómo poner en valor lo que no está del todo bien en nosotros para que sea la forma de Jesús quien vaya apareciendo poco a poco.
   
   This day marks the beginning of a special season: the lent. Lenten season is to stop and see the things that one has to change. It is not changing for the sake of changing. It is to acknowledge that which makes the “me” lesser and to be more like Jesus. That is the same thing as to change and believe in the Gospel. This is what is said as the priest imposes the ash on our foreheads. And why ash? It is not by chance: since time in memoriam, ash is already used by those who publicly announce that they want to change: to be reconciled with himself, with god and with others, to be converted and to be what they are really called to be. That is a simple gesture that reminds us of traditions and centuries of history. It is to impose on us the certainty that we can always change for the better, that we can always be more like the heart of God. Without extravagant ceremonies, without penitential shouts. But with the tenderness that the acknowledgment of being sinners gives and that we are in need of God to be able to continue journeying. And God, who knows us better more than we do, will make the miracle: to make us more like Him as he wishes. He, unlike any other actual coach, knows how to value those that are not-so-good in us so that they can be like Jesus little by little.

  Nos animamos mutuamente a vivir este tiempo especial. Cuarenta días para fijarnos bien en Cristo para que, cuando llegue el tiempo de Pascua, podamos entrar aún mejor en el misterio de su pasión, de su muerte y de su resurrección. Todo va de la mano... pero conviene no saltarse los pasos. Poco a poco, sin prisas. Hoy toca dejarnos alcanzar por la ceniza que nos recuerda nuestra necesidad de cambio para ser más como Él... ¡y no es poco!

  We mutually remind each other in living this special season. Forty days to fix well our gaze on Christ so that when the Easter season comes, we can even enter more in the mystery of his passion, and of his death and resurrection. Little by little, no need to hurry up. Today let us allow ourselves be imposed by the ash which reminds us of the necessity to change and to be more like Him. And that is already a big step!

  Dejarse hacer por Él.
  Dejarnos convertir por Él.
  Dejarnos parecer a Él.

  ¿Te animas a este cambio? ¿Te unes a este mirarse por dentro para mirarle mejor a Él? No olvides que Él ya te está mirando para acompañar tus pasos... ¡Feliz cuaresma!

  Allow yourself to be made by Him.
  Let us allow ourselves to be changed by Him.
  Let us allow ourselves to be like Him.
   

   Do you welcome this change? Do you unite yourself in this act of looking what is within so that we can look at Him better? Do not forget that he is already looking at you to accompany you in your steps… a meaningful Lenten season!


¡Felices cinco años, Tuentodos!


   Cuentan las crónicas que no ocurrió nada en especial en la semana del 10 al 15 de febrero del año 2011. Sin embargo, para esta comunidad sí. Fue el tiempo en el que con ganas y esfuerzo se plasmó el proyecto sobre cómo esta pequeña familia tuviera un hueco en Internet. Se soñó como un espacio amplio y vivo donde todo aquel que quisiera entrar encontrase una luz –pequeña o grande–, un interrogante, una ilusión en el camino de la fe. De eso ya hace cinco años… ¡y hoy queremos celebrarlo!
   Desde esta comunidad de Misioneros Claretianos en formación de Colmenar Viejo renovamos la pasión con la que tratamos de anunciar el tesoro que encontramos en el centro de nuestra vida: Jesucristo y su evangelio. Queremos seguir ofreciéndote palabras e imágenes que, con sencillez, den cuenta de la belleza que desborda nuestras vidas. Queremos ser, con naturalidad, reflejo de Quien nos llamó a su seguimiento. Queremos compartir contigo pistas para encontrar este Tesoro que nos vive y así alegrarnos juntos al encontrarlo. Impulsados por el Espíritu que derrama el don de la sensibilidad y la creatividad en los hermanos, guiados por la luz suave que es María en nuestro camino de discipulado, queremos seguir haciendo vida contigo.
   Gracias por seguir ahí. Gracias por confiar en Él. Gracias a todos los que habéis colaborado de una forma u otra para que este proyecto creciera, desde una rápida visita hasta colaboraciones constantes. Gracias a los hermanos claretianos que iniciaron este proyecto y que, sin duda, se seguirán alegrando con nosotros y compartiendo la vida que expresamos en el blog. Gracias por estos cinco años, por todo lo compartido y lo desvelado.
   Y gracias a ti, querido seguidor, querida seguidora: gracias por hacernos creer que el proyecto de evangelización a través de todos los medios (tan claretiano) es posible porque nos animas a seguir. Que el Señor Jesús, el Buen Pastor y Rostro de la Misericordia, nos siga animando cada día más a vivir con radicalidad y pasión este sueño misionero… ¡Bienvenido de nuevo a tu casa!

domingo, 17 de enero de 2016

Sé de un vino nuevo que te espera


Sé de un vino bueno 
   que alegra el corazón 
   y que alcanza a la vida.
Sé de un vino bueno
  que marida con la novedad, 
  la frescura y el anuncio.

Un vino que colorea 
  lo oscuro y lo marchito,
  que saborea la vida en fragmentos 
  para ofrecer biografías de esperanza.

Un vino bueno, 
  el que fecunda el agua corriente de nuestros minutos,
Un vino bueno, 
  el que devuelve la esperanza al cansado y al desesperado.
Un vino bendecido que sabe a bodas, 
  a compromiso y a alianza, siempre nueva y renovada.

Quien lo prueba 
  sabe que su nombre 
  es elegido, eterno y único.



Sabe que su tierra 
  ya no más estará seca ni olvidada.
Que cada piedra de tropiezo
  es un canto de libertad y de alegría
  en el lagar de nuestros intentos.
Quien lo prueba, lo sabe. 
Y quien lo entrega
  es el Hombre de los signos,
  el Hombre que porta la alegría,
  el Hombre con el que da comienzo 
  la fiesta de bodas.
  El Hombre que bendiciendo entrega
  que entregando bendice. 


 


El hombre que lo entrega
  es todo un Dios que se derrama como vino nuevo 
  para que tú y yo hagamos como Él nos diga.

Quien lo prueba, lo sabe. 
Quien lo entrega… te espera.
  Para que tú y yo cantemos que la Vida 
  es como vino nuevo que, a su tiempo, 
  sabe a entrega compartida.
  

domingo, 10 de enero de 2016

Ahí estás Tú, el Hijo amado


Ahí estás Tú, Señor Jesús,
en la cola de mis fallos,
en la fuerza de mis errores.
Ahí estás Tú, 
con espíritu y fuego,
cerca de mis orillas:
donde el mayor tesoro
es la fragilidad de tu Bien
y la debilidad de mi cuerpo.



Ahí estás Tú, Cristo Señor.
En medio de las aguas, 
en el corazón de la creación.
Donde el pobre clama,
donde la herida arde.
Ahí estás Tú, 
con tu espíritu de consuelo
y tu corazón abierto
para ser luz y salud del mundo.

Ahí estás Tú, Salvador nuestro.
Ungido y consagrado,
amado y elegido.

Ahí estás Tú, 
entre el cielo rasgado 
y la tierra estremecida:
para que recordemos que sólo en Ti 
hallamos nuestro sueño:
hijos elegidos, amados y bendecidos,
para ser como pan partido
para la vida de tantos...

martes, 5 de enero de 2016

Buscar, adorar, agradecer... ¡Feliz Epifanía!


Un sueño que pone en camino. 
Una larga travesía.
Una luz que guía.
Un engaño oscuro.
Un deseo que acompaña.

Lo demás...
la alegría que llena el corazón de quien busca,
las rodillas que se doblan ante el Misterio que responde,
la ofrenda agradecida de quien se sabe encontrado. 

Feliz Epifanía.
Feliz Luz que te guía.
Feliz encuentro con el Niño que te llevará por otros caminos...
siempre, con el corazón desbordado.