jueves, 24 de marzo de 2016

Jueves Santo: 'En memoria mía'

No fue un gesto sin cuidado. No fue una despedida sin huida. No fueron palabras al azar. Fue un gesto eterno, unas palabras a fuego, un agradecimiento anticipado, una despedida confiada. Fue un amor hasta el extremo. Él se puso a la mesa. Él supo cómo hacerlo. Adéntrate en el cenáculo. Fíjate en lo que dice. Y deja que tu corazón hable, sin miedo...
Que me alcance
la luz de tu gesto,
el testigo de tu mesa,
la intimidad de tu secreto.
Que me alcance y me supere
-sin miedo y sin permiso-.
Será este el camino
para que Tú
te abajes y me laves,
te abajes y te rompas,
te abajes y te compartas.
Más íntimo que en mí mismo.
Así, tan sólo por mí. 


«Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.» [Jn 13, 1]

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