domingo, 25 de octubre de 2015

Celebrar un Amor que todo lo supera: Profesión Perpetua de Adrián de Prado, cmf y renovaciones

 
   Ayer fue un día de fiesta. Un día de emociones intensas, de agradecimiento hondo, de fidelidad compartida. Celebramos juntos el día de nuestro Padre fundador, San Antonio María Claret. El día en que recordamos la vida del hombre de fuego, del misionero ardiente sin fronteras, del enamorado de Cristo y de María, del que tenía el alma habitada. Hacer memoria agradecida de su vida siempre es un motivo de alegría. En nuestro caso, triple alegría. 
Capilla en la Solemnidad de Claret y renovación de los estudiantes claretianos

   Por un lado, la fiesta de Claret. Por otro, comenzamos la mañana renovando nuestros votos siete hermanos de nuestra comunidad. Siete jóvenes que volvieron a renovar su sí, su compromiso de seguir a Cristo más de cerca, su ser fieles a la vocación recibida. Ellos, Claver, Raju, Charles, Jorge, Rayappa, Sarin y Jobish, renovaron su profesión religiosa como Hijos del Inmaculado Corazón de María, como misioneros claretianos. En el fondo de su corazón renovaban el deseo de mantener encendido el sueño del joven Claret que llevan prendido en el alma. 
Claver renovando su profesión


Raju renovando su profesión


Charles renovando su profesión


Jorge renovando su profesión


Rayappa renovando su profesión


Sarin renovando su profesión


Jobish renovando su profesión
   Y, por último, pudimos compartir con Adrián de Prado, hermano de esta comunidad durante varios años, su profesión perpetua. Él, como la de tantos otros claretianos, quiere que su vida sea un canto al Amor con mayúscula que le sobrepasa y le sobrecoge, que le abrasó por dentro para ser ardiente hacia tantos rostros, tantas historias, tantos hombre y mujeres sedientos de Él. 
Llamada a Adrián antes de profesar

Durante el interrogatorio que le hace el Superior Provincial
Adrián compartiendo su acción de gracias

Durante la fórmula de profesión con la que se une a la Congregación

   Desde aquí, Adrián, agradecemos tus años con nosotros. Tu esfuerzo y tu sensibilidad, tus días de claridad y tus noches oscuras. Gracias por el tiempo de búsqueda compartido, por mirar juntos al Crucificado y celebrar en el día a día al Resucitado que nos llamó a estar con Él. Seguimos orando contigo y por ti, en el Corazón de la Madre, donde la vida sabe a verdad misionera. Que ella continúe enseñándonos a ser discípulos amados del Hijo, llamados por el Padre y enviados por el Espíritu. Y que no se canse tu corazón de guardar los dichos de Amor que enciendan tu vida y la de tantos. Gracias, hermano, por ser parte de esta grande obra.

Algunos de los jóvenes y claretianos que acompañaron a Adrián, con sus hermanos

Más jóvenes y claretianos que estuvieron con nosotros


Gracias, Padre, por llamarnos a la vida.
Gracias, por atraernos con ardor misionero al Hijo.
Gracias, porque en ti, por ti y desde ti, nos sabemos lanzados al mundo.
Gracias por la comunidad misionera que nos trae hermanos que te reflejan.

Haznos misioneros apasionados, al estilo de Claret.
Haznos misioneros contemplativos, al estilo de Claret.
Haznos misioneros servidores de la Palabra, al estilo de Claret.

Y sé Tú, Señor, sólo Tú, quien colme cada día y cada noche,
cada llano y cada cuesta, cada susurro y cada silencio.
Sólo Tú, Señor, para la vida de tantos.
Amén. 


domingo, 11 de octubre de 2015

Experiencia en Roma del Encuentro de jóvenes consagrados

   'Lo prometido es deuda', dicen algunos. Otros dicen 'lo bueno se hace esperar'. Poco a poco, iremos relatando aquellas experiencias que hemos ido guardando en el corazón en los últimos meses. Hoy, concretamente, son Charles y Raju los que quieren regalarte su tierra sagrada. Charles quiere contarnos su experiencia en este encuentro de jóvenes consagrados en Roma. Raju, como se nos invitaba en este año de la vida consagrada, hace memoria agradecida de los últimos meses en nuestra comunidad. Ojalá Dios también se esconda en sus palabras para compartir contigo la alegría de seguirle... ¡gracias, hermanos!





Charles, cmf
 Celebrar el testimonio de la alegría compartida
  "Despierten al Mundo. Evangelio, Profecía, Esperanza', con este lema se celebraba en Roma el Encuentro Mundial de los Jóvenes Consagrados y Consagradas. Organizado por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA). Entre los ecos y las experiencias vividos me brotan tres expresiones:
Testimonio. Tener siempre el corazón abierto a lo que nos dice el Señor. Estamos llamados a dar esa fidelidad. La fidelidad fundada en la búsqueda, en la aceptación y en el compromiso.
Celebrar la belleza de la vocación. Vivimos nuestra consagración religiosa iluminada por aquella Luz, la luz con que Jesús, el Cristo iluminó nuestro corazón cuando nos abrió al camino de las bienaventuranzas.
Compartir las propias realidades. Nos llama a actualizar de forma creativa las respuestas que hemos de dar en el momento presente. Una llamada de amor, que sólo puede ser respondida desde el amor.

De izquierda a derecha: Charles, Raju y Sarin

¡Antes de subir al avión!

Disfrutando de tantos rincones que ofrece la antigua Roma

De izquierda a derecha: P. Reegan, Raju, Rayappa, Sarin y Jobish. Claretianos de India en Roma 

Y es por ello que somos invitado a: dar gracias a Dios por el don de la Vida Consagrada; dar gracias a Dios por abrazar el futuro con esperanza, confiados en el Señor, al cual hemos ofrecido nuestra vida; dar gracias a Dios por la capacidad de saber vivir el presente con pasión, evangelizando nuestra propia vocación y testimoniando al mundo la belleza del seguimiento de Cristo."
Charles Rolando, cmf



Un verano intenso: vivir el Amor de Dios en la alegría y en el dolor
Raju, cmf en la Plaza de San Pedro
  La vida como la vivimos va embarcando en sí mismo muchas experiencias y personas. En últimos tres meses esta realidad ha sido bastante intensa para mí. Ir de vacaciones a la India, estar hospitalizado con dengues de que no esperaba durante vacaciones, volver a la casa, visita la bodega de José María e ir a Roma para participar en el encuentro de los jóvenes consagrados del mundo para volver al final a las fuentes del aprendizaje, son unos momentos que me han enriquecido.

  Antes de empezar, quiero agradecer al Señor por tantas gracias y personas que me ha regalado y ha puesto en mi camino para añadir sabor a mi vida. Una de las preguntas que fue repetida por muchas personas de mi familia y de la India fue: ¿cómo puedes mantenerte tan lejos de nuestro país, familia, cultura, comida, etc? Mi respuesta a esta pregunta es la llamada que he recibido y la alegría de la vida consagrada y misionera. Es lo que hace posibles las cosas aparentemente imposibles a nuestros ojos. Pues es el Señor y nuestra Madre quienes me ayudan y acompañan en mi camino para seguirle íntimamente.

   Estar hospitalizado con dengues ha sido un tiempo de dolor y de gracia. Yo quería visitar a muchos de mis parientes y amigos, pero Dios les trajo a mí para mostrarme como Él y la gente me quiere. Esta fuerza del amor yo no sólo pude sentirla a través de los que me visitaron, sino también a través de mis hermanos de comunidad y amigos de España que me escribían frecuentemente y rezaban por mí.

   La visita a la bodega me ha hecho comprender dos cosas simultáneamente: uno hacer buen vino y otra buena formación. Todo el proceso, la inversión del amor, la cantidad de cuidados, la cercanía y distancia, temperatura, ambiente, etc. son cosas esenciales e importantes para conseguir un mejor vino que da alegría al ojo y a la boca. De la misma manera, en el tiempo de la formación: el ambiente de la comunidad, los que me cuidan, el amor que pongo, mis relaciones con el Señor y con los hermanos, van a influirme para formarme como un buen misionero en la 'bodega claretiana' que es el Inmaculado Corazón de María.

   Por último, ha sido una gran oportunidad haber estado presente en las jornadas dirigidas a los joven religiosos del mundo en Roma. Los valores que he recibido allí son para guardarlos dentro e ir profundizando durante toda la vida. Era un gran momento para dar un testimonio al mundo de la alegría de la vida consagrada.
¡Ojalá que Dios sigue inspirando a muchos jóvenes más para vivir y compartir esta alegría!
Raju Katthula, cmf

domingo, 4 de octubre de 2015

¡Vamos comenzando!

Ejercicios Espirituales en Los Negrales [Madrid] 
  Ha pasado todo un verano. Hemos recibido con alegría el comienzo del otoño. Y, como siempre, la vida sigue imparable. Y ésta, de la mano de Dios. Estamos viviendo un tiempo nuevo en el que la comunidad formativa claretiana de Colmenar Viejo pretende abrazar de la forma más generosa posible: muchos de nosotros han podido visitar a su familia en sus países de origen [India, Camerún, Paraguay y Vietnam], otros se han empeñado en el estudio del idioma para ingresar en la Facultad de Teología y cuatro hermanos nuevos viajan a nuestra comunidad para que sea su hogar durante los próximos años. Algunos han dejado de vivir con nosotros para comenzar el bello año de noviciado en Granada, y otros han celebrado o preparan su Profesión Perpetua, la consagración para toda la vida. También asistimos con gozo a los primeros pasos de otro hermano para comenzar su postulantado.

Los estudiantes con el P. Santi Cerrato, cmf
   En medio de tantos cambios vitales, la alegría de ser llamados no cesa. En esta búsqueda de vivir el evangelio a fondo nos encontramos. Como escenario, la Congregación ha celebrado su XXV Capítulo General, por el cual hemos rogado allá donde estábamos. «¡Somos misioneros!», comienza la Declaración del mismo. Y queremos seguir avanzando en este hermoso camino de discipulado. Y también lo hemos compartido en Roma en el Encuentro de jóvenes consagrados, el pasado mes de septiembre, con más de 5000 jóvenes en formación. Rheadh nos regala su impresión de aquella semana:
   «Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies» [Mt 9, 38] Esta invitación de Jesús no es temporal. Este es un proceso continuo. Cuando oramos por más obreros en su viña, somos llamados para una gran responsabilidad: cuidar, también, a los obreros. Son el fruto de las oraciones. Tenemos que cuidarlos. [Rheadh Dela Torre, cmf]
Fotografía de Familia Claretiana en la sala Pablo VI
Estudiantes claretianos de Iberia en la sala Pablo VI [Vaticano]

Estudiantes claretianos en la sala Pablo VI [Vaticano]

  Muchas son las experiencias. Grande es el agradecimiento por tanto como recibimos. Alegre la certeza de que Jesús camina con nosotros y nos sigue animando a acercarnos más a Él. Y queremos compartirlo contigo. Queremos hacernos eco de que Dios sigue haciendo grandes cosas en nuestra vida, como en la tuya... ¿quieres saber más? Mantente atento a la pantalla...  ¡pronto seguiremos compartiendo vida!

La comunidad formativa el pasado mes de septiembre en Peñafiel