jueves, 31 de marzo de 2016

¡Feliz Pascua!


«¡Vosotros sois testigos de esto!» acaba diciéndonos el evangelio de hoy... ¡y cuánta razón lleva! Durante toda esta semana, como sabes, celebramos la octava pascual. Ocho luminosos días que siguen manteniendo la intensidad de la fiesta de la Vigilia Pascual. Y no es para menos. Nosotros, desde lo que somos, tenemos una tradición en esta semana: en cada eucaristía de la tarde vamos compartiendo lo que el Señor Resucitado nos ha regalado en esta Semana Santa. Cada uno desde la experiencia que ha vivido, en el lugar donde haya estado y con quienes haya compartido estos días. 

Como un niño que desvela donde guarda su tesoro a un amigo, así nosotros vamos haciendo partícipes a nuestros hermanos de cómo Dios nos ha bendecido. Jobish y Sarin han vuelto muy agradecidos a su Provincia de Euskal Herria la acogida y apertura de los jóvenes con quienes han vivido el Triduo en Dima. Rheadh y Denís compartieron con nosotros la alegría de haber participado en las celebraciones de la Parroquia de Ntra. Sra. del Espino (Madrid) con sus gentes y en la vida apostólica de la comunidad claretiana. Raju, que pertenece a Inglaterra, contaba cómo el Señor le ha ido acompañando en el rostro y la acogida de los fieles de nuestras parroquias de Buckden y Hayes, donde celebró la Vigilia Pascual y cantó con el coro las letanías, siendo un momento especial que él recuerda. Volviendo a la península, Claver, Rayappa y Jorge viajaron hasta Dueñas (Palencia) para participar en la primera Pascua Conjunta que organizó el Equipo de PIJV de la Provincia de Santiago. Junto a más de cien jóvenes y monitores vivieron la intensidad de estos días, teñidos de la belleza de la vida comunitaria que se tejió entre los claretianos que allí estuvieron. 

Y como corazón de esta Pascua, quedaron contemplando el Misterio el resto de hermanos en Colmenar Viejo. A través de los iconos y del tiempo de silencio, acompañaron la pasión, muerte y resurrección para que les quedase señalado a fuego en su corazón. 

Aún quedan días para compartir. Aún queda por delante la cincuentena del tiempo pascual, que siempre nos recuerda que nuestro Dios va delante, en alegre fidelidad con nosotros. 

Cuántas personas, cuántas historias, cuántos rostros nos han acogido y regalado lo mejor de sí para que Dios se vaya haciendo presente en cada vida, para hacernos Vida en mayúscula... ¡vayamos adelante con Él! Y que no dejemos de urgirnos, como aquellas mujeres, en anunciar que está vivo y que nos vive... ¡Feliz Pascua!
Claver y Jorge con dos monitoras del Claret de Madrid, Bea y Arancha

En la reserva del Santísimo del Jueves Santo, claretianos sacerdotes y seminaristas con los jóvenes

Foto final de la Pascua Conjunta #tumismocorazón


domingo, 27 de marzo de 2016

The laughing Christ

We only need the brilliant light of faith so that we can see, once more, the smile of God!


THE LAUGHING CHRIST

There was this famous painting of a “Laughing Christ” which would always catch my attention.
The painting is so simple. There was only Jesus on the fresco. Laughing.
One day, I was invited by a group of catechists to talk about the said painting.
And I started to take a good look in my file cabinet to see if I have written something which could somehow capture what I wanted to share– happiness.

And so I did. I looked. For two and a half hours.
And that was the first time I realized that I have never written yet any single paper about happiness.
That was the first time I realized that like so many other priests, my reflections are sad.
Always sad. Always negative. Talking only of the sins and the moral sickness of our world.

Perhaps my religion is like that. Perhaps my life experience is like that. Negative. Sad. Sin-centered. Forever gloomy.

I must allow my Christ, my DEAD CHRIST, to rise from the dead, as He actually did, and I must allow Him to triumph, and be victorious over sin and suffering. God is a God who wins. And who smiles.

How about you? Did you ever write a happy reflection? Did you ever, ever– really– as though you meant it– did you ever go beyond the cross and Calvary to the ecstasy of Resurrection?

More often than not, we only think that all the people in our church and in our world are sinners, all sinners and only sinners. We think that there are no saints among us. We believe, many times, that there are no human beings who repent and try again and strive to become better persons.

I must confess. I have not reflected and talked enough about the RISING AGAIN of CHRIST, the VICTORY OF GOD.

Yet how many times have we thought that Jesus could also laugh?

But look at the painting. We have there a laughing Jesus, a happy Jesus. So simple. So calm. So pure. So victorious. We only need the brilliant light of faith so that we can see, once more, the smile of God.
And it is always there. Always beautiful. Always perfect.

And so is our lives. There is beauty, there is heroism and dignity. We should never allow despair to overcome us, for we are all noble heroes in each day of our lives!
And what did I realize then?
That our world is filled with life and happiness and victory and hope and healing and Resurrections. That our face is not only meant for wrinkles and for frowns but for endless smiles and laughter.









Because we are the children of Easter morning! Because we are all children of a wonderful God! Because we are all saved by a happy Jesus!

sábado, 26 de marzo de 2016

Domingo de Resurrección: '¡Ha resucitado!'

¡Y la Vida irrumpe!
¡La Vida triunfa!
¡La Vida es la última palabra!

Porque no hubo acción de gracias baldía, ni confianza frustrada, ni pasión olvidada, ni amén ignorado. Porque ningún rincón entregado ha sido perdido, ni ningún jirón donado arrancado. Más bien hoy todo queda iluminado, agradecido, ensanchado. Porque la vida, Su Vida, es más fuerte que nuestra muerte; porque su Amor ha sido más desbordante que nuestro miedo... ¡Danza hoy con la Vida, todo es nuevo!
Que me viva
la Vida que vence,
la que salva,
la que alza.
Que me viva
la Vida,
la Tuya,
la que quieres que sea
-también- la mía.
Vívime,
que sólo seré
si es contigo
viviendo...
¡hasta el extremo!


Sábado Santo: 'Antes de salir el sol'

No todo puede ser sombras, aun habiéndolas. No todo puede ser tinieblas, aun cerrándonos. No todo puede ser oscuridades, aun cegándolos. No todo puede ser muerte, aun muriendo. Parece que el silencio es más que esta impotente sensación. Puede ser paciente y fecundo si la pasión lo amasa, si la pasión nos alienta. 
Aún mañana podrá salir el sol. 
Aún mañana puede que nos visite Tu vida... aunque hoy todo sea silencio.


«El domingo por la mañana, muy temprano, antes de salir el sol...» [Juan 20, 1]

viernes, 25 de marzo de 2016

Viernes Santo: 'Nos amó y se entregó'

¿Qué pensar ante la Cruz? ¿Qué decir de ella? ¿Qué permitir al corazón sentir cuando en ella tantos rostros sufrientes se clavan? No convienen muchas palabras. No convienen grandes discursos. Conviene permanecer de pie, estar enteros. Ante Él. Y Él nos seguirá hablando, como siempre, ensanchando sus brazos, a pecho descubierto...
Que me duela
lo roto de tu cuerpo,
la entrega de tu cruz,
la herida de tu rostro.
Que me duela y me conmueva,
con tan solo mirarte,
con tan solo en Ti encontrarme.
Que el grito de tu pecho
sea la danza de este duelo.
Así conmovidos quedamos:
Tú con tus brazos abiertos;
yo con mis manos vacías...
ambos, esperando el abrazo
que es eterno.


«Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: ‘Está cumplido.’ E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.» [Juan 19, 30]

jueves, 24 de marzo de 2016

Jueves Santo: 'En memoria mía'

No fue un gesto sin cuidado. No fue una despedida sin huida. No fueron palabras al azar. Fue un gesto eterno, unas palabras a fuego, un agradecimiento anticipado, una despedida confiada. Fue un amor hasta el extremo. Él se puso a la mesa. Él supo cómo hacerlo. Adéntrate en el cenáculo. Fíjate en lo que dice. Y deja que tu corazón hable, sin miedo...
Que me alcance
la luz de tu gesto,
el testigo de tu mesa,
la intimidad de tu secreto.
Que me alcance y me supere
-sin miedo y sin permiso-.
Será este el camino
para que Tú
te abajes y me laves,
te abajes y te rompas,
te abajes y te compartas.
Más íntimo que en mí mismo.
Así, tan sólo por mí. 


«Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.» [Jn 13, 1]

lunes, 21 de marzo de 2016

Una palabra para cada día de esta Semana Santa contigo...

Qué bella es la vida cuando irrumpe con toda su fuerza. Y en ella, todo lo que abarca: la amistad y la traición, el abrazo y la mentira, la libertad y el juicio, la vida y la muerte. Cada minuto tiene algo de esto y mucho más. Es apenas imperceptible: necesitamos permanecer atentos a cada detalle para rozar el milagro al que asistimos a cada instante. Quizá por eso no está demás atender a lo que llamamos Semana Santa. Santa por todo lo que de Dios acontece en nuestro aquí y ahora, en tu vida concreta.

Como cada año, la comunidad que formamos se repartirá para vivirla en otras comunidades. Raju estará en Inglaterra, conviviendo estos días con sus hermanos de Delegación, como harán Sarin y Jobish en la provincia de EuskalHerria. Rayappa, Claver y Jorge estarán en Dueñas, en la pascua juvenil que organiza la provincia de Santiago. Rheadh y Denís lo vivirán en la Parroquia de Ntra. Sra. del Espino, en Madrid. El P. Josema compartirá estos días en la comunidad de Basida-Navahondilla. El resto, celebrarán con otros amigos la Pascua Contemplativa que organizamos en esta casa (Si quieres participar, ¡aún estás a tiempo! Contacta con nosotros en el teléfono de la imagen).

Estemos donde estemos, queremos vivirlo también desde aquí, contigo. Por eso, iremos compartiendo una palabra, un pensamiento para cada día del Triduo. Para que así, aunque estemos separados, sigamos con los ojos fijos en Quien nos convoca... ¿te animas a vivirlo así? El jueves te esperamos para compartir tanta vida santa juntos...

domingo, 20 de marzo de 2016

Por lo que te recuerdo...

Si te recuerdo
no es por las puertas alzadas,
ni por el alborozo de los hombres,
ni por los ramos que te acompañan.

Si te recuerdo
no es por la alfombra de mantos,
ni por el entusiasmo de los tuyos,
ni por las piedras que clamaban.

Si te recuerdo
es por tu paso firme y decidido.
Por tu  sin reservas,
por tu decidida respuesta.

Si te recuerdo
es por tu gesto pensado y ofrecido.
Por la copa bendecida,
por el pan partido.
Por el llanto en los olivos,
por el silencio en el beso.
Por el camino que te juzga,
por la cruz que te acaba.
Por el suspiro que exclamas,
por el rostro que inclinas.

Si algo recuerdo,
si de Ti hay algo en mí,
es Tu vida entregada,
es Tu silencio que salva,
es Tu alianza sellada.




domingo, 13 de marzo de 2016

De tu intimidad a mis fronteras


Bajaste de lo íntimo
para hallarte en medio.

Dejaste tu paz
para devolverme la mía.
Escribiste mi perdón
para corregir mi fallo.
Provocaste su cambio
para aceptar el mío.
¿Quién eres
para agacharte conmigo?
Nadie me juzga.
Tú no me condenas.
Y abres ante mí
una nueva puerta.


¿Dónde iré tras este silencio,
tras las caídas de sus piedras,
tras tu amor para conmigo?
Mira que para mí esto es nuevo,
que algo nuevo en mí brota.
Dejo lo que perdido buscaba.
Amo lo que ciego no veía.
Abandono lo que me apartaba
para sanar en Tu mirada la mía.
Y permaneceré en pie
para seguir lo que ya Tú me digas.



domingo, 6 de marzo de 2016

Entre dos amores anda mi vida


Entre dos amores anda mi vida:
entre el que espera sin medida
y el que rehúye sin razón.

Entre dos amores camina, 
entre el que todo lo espera,
lo aguanta y lo soporta,
y el mío frágil,
pequeño,
engreído.

Así es mi vida,
historia de dos amores.
Entre el todo del Padre
y el vacío del hijo.
Entre el que espera con brazos abiertos
y el que sufre la lejanía,
y el que sufre la envidia. 
Entre los besos que sanan
y el silencio que me culpa.

Entre dos amores anda mi vida.
Pero sólo uno es el Amor 
con el que se funden ambos,
donde la culpa se condona,
donde la herida cicatriza,
donde el juicio perdona.
Hoy sólo pido 
que tu amor de Padre
venga a mis lejanías.
Que tu amor de Padre
sea donde sólo habite.



Lecturas del IV Domingo de Cuaresma - Ciclo C