domingo, 27 de enero de 2013

Ecos del capítulo y del Espíritu...


     La provincia claretiana de Santiago, a la que pertenece esta comunidad formativa de Colmenar Viejo, celebró esta Navidad su segundo capítulo provincial, una reunión que tiene lugar cada seis años para revisar el camino recorrido y proyectar el futuro misionero que se abre ante nuestros pies. En el capítulo, P. Luis Ángel de las Heras, hasta ahora prefecto de formación y espiritualidad de la provincia y prefecto de estudiantes (el capitán del barco de esta comunidad), fue elegido por sus hermanos Superior Provincial para guiar en el próximo sexenio a los casi trecientos claretianos que formamos la provincia de Santiago. Después de haber dedicado más de 17 años a la formación de misioneros en su periodo inicial, ahora el Señor le llama a ser pastor según su corazón en otro servicio.

P. Luis Ángel de las Heras Berzal, nuevo provincial de Santiago
     Desde este blog, los estudiantes de Colmenar agradecemos vivamente a Luis Ángel sus desvelos y su acompañamiento, el mucho amor que ha puesto en transparentar al Señor, en acercarnos al Corazón de María y en abrirnos la puerta del hermoso carisma de Claret. Y le deseamos que la tarea que emprende con disponibilidad y agradecimiento le permita entregarse con toda intensidad y vivir más de lleno del Amor de Dios. Que Luis Ángel pueda descubrir, a cada paso, que el Espíritu de Dios está sobre él y le alienta a desvivirse ardientemente por Cristo y por sus hermanos. Que el Espíritu Santo venga sobre él como viene la niebla sobre la tierra, con esa luz extraña e indecible -profundamente hermosa- que todo lo rodea. 


     En muchos misioneros jóvenes has dejado tu huella, Su huella...
     En nosotros, Luis Ángel, tienes tu casa...



     
Hoy le he visto venir sereno y firme.
Ha mirado a la gente con hondura.
Ha puesto en pie su voz.
Ha dejado entrever su corazón.

Hoy le he visto venir sereno y firme.
Ha tomado palabras que oyeron nuestros padres.
Ha pronunciado dichoso bendiciones antiguas,
las ha hecho vida nueva en nuestras vidas.

Hoy le he visto venir sereno y firme.
Todo en Él parecía eternamente agraciado.
El Espíritu posado en sus maneras.
El Espíritu cumpliendo las promesas. 

Hoy le he visto venir sereno y firme.
Rebosante de fuerza del Dios vivo.
Bálsamo suave que sana toda herida.
Brazo extendido que rompe mil cadenas.

Fijos en Él los ojos.


Hoy te he visto venir, Señor, sereno y firme.
Hoy te he visto venir de Amor colmado.
Te he sentido Palabra en todos mis silencios.
Te he sabido Bondad en todas mis miserias.

Hoy quiero entrar de lleno en la casa del Padre,
sentarme dispuesto a la mesa del Hijo,
prenderme con fe del ascua del Espíritu.
Hoy quiero estar, como Tú, del todo arrebatado.

Ven, Padre todo entrañado, Hijo todo entregado.
Vestidme del Espíritu que enamora y libera.
Quiero ser, con vosotros, hombre de un mundo nuevo,
portador de esperanza para los derrotados.

Hoy te he visto venir, Señor, de Amor colmado.
¡Que me alcance tu Ardor! ¡Que me arrastre tu Canto!

Amén.