domingo, 2 de febrero de 2014

Jornada mundial de la Vida Consagrada 2014

     Celebramos hoy la jornada mundial de la Vida Consagrada. Desde este rinconcito de la red, nos unimos a la alegría con que toda la Iglesia agradece el don de nuestra vocación. Que el Padre renueve en todos los religiosos la llamada primera a seguirte, Señor, el deseo ardiente de encontrarte, la fidelidad a las inspiraciones del Espíritu y, sobre todo, el amor. El amor entregado que, poco a poco, va transformando nuestros corazones y la entraña del mundo. Aquí estamos, Señor, aquí nos tienes. ¡Gracias! ¡Felicidades! 



Siempre de los encuentros nace el gozo;
siempre de los encuentros, el amor,
siempre de los encuentros…

No lo traen los tiempos de bonanza,
ni viene en primavera con el cierzo,
habita en el estío y el otoño,
no le arrecian los hielos del invierno.
No conoce de estelas ni de brillos,
no se afana en carreras imposibles;
no reniega del peso cotidiano,
no se aparta del polvo del camino.
La soledad no espera su llegada,
mas él no se demora ni se aflige:
viene el amor como la nave al puerto,
viene el gozo de manos del encuentro.

Y de fiesta lo acoge quien lo escucha,
quien sabe amar la espera sin desvelos.
Quien llena las tinajas de buen vino
para invitar al pobre y al perdido.
Quien comparte su lumbre y su mantel
con el hombre sediento y sin abrigo.
Quien trabaja la tierra y mira al cielo,
quien teje cada día de altos sueños.
Quien ama de rodillas como amó
el Cristo derramado en cada encuentro.

Siempre de los encuentros nace el gozo;
siempre de los encuentros, el amor,
siempre de los encuentros…
Siempre de nuestro abrazo, la alegría;
siempre de nuestra vida entretejida,
siempre de estar contigo,
de tu amor,
Señor,
hermano,
amigo…
¡Compañero!

Amén.



     De nuestra última excursión comunitaria a la nieve, el lunes pasado. Una alegría seguir compartiendo la fe, la vida y la misión. ¡Gracias, hermanos!