miércoles, 23 de febrero de 2011

tuencasa


Orar es estar en la presencia de Dios con las manos y el corazón abiertos
     
     Ayer tuvimos retiro. En nuestra comunidad, todos los meses dedicamos un día a desconectar de la rutina cotidiana y hacer silencio, para que todo lo que vamos viviendo tenga su tiempo de reposo y de calado en Dios.  Así nos lo proponen a todos los claretianos nuestras Constituciones, un librito que recoge nuestro programa de vida, del que os hablaremos en más de una ocasión. Esta vez, el retiro fue una oportunidad para repasar nuestro itinerario de oración. Entre otras cosas, pudimos dar gracias a Dios por las personas que nos han enseñado a orar a lo largo de nuestra vida. Nos ayudó para ello asomarnos a algunos textos de distintos autores que tratan de ponernos en la sintonía de la auténtica oración, como los que transcribimos aquí:
 
     «Mi oración debe estar integrada en la vida. Vida y oración no son dos realidades paralelas que transcurren la una al lado de la otra. Ni mucho menos contrapuestas» (R. Bohigues) .
 

lunes, 21 de febrero de 2011

¡Gracias!

    Tan solo llevamos unos días embarcados en este proyecto y ya hemos recibido una calurosa bienvenida a la red de vuestra parte. Siempre es hermoso compartirse, pero lo es aún más cuando lo compartido tiene eco en otras vidas. Así que muchas gracias a todos, a los que ya nos habéis visitado y a los que quedan por asomarse a la ventana de nuestra casa... ¡Y a los que volveréis tantas veces para acompañarnos en esta aventura!

    Os recordamos que hemos publicado hasta ahora varias entradas. No dejéis de echarles un vistazo:
tuenmedio: nuestra bienvenida...
¿por qué tú no?: porque preguntarse nunca está de más...
tuenClaret: la historia vocacional de Claret paso a paso, porque él también tuvo que encontrar su camino...
Gran Torino: una película que no te puedes perder...
tuenpalabras: poesía para acercarse al misterio de vivir y de creer...
tuenrostros: la historia vocacional de Ephrem, la primera de tantas que vendrán, porque todos nosotros tenemos la nuestra...
tuenvidas: la de Mariano Avellana, la primera de muchos claretianos de ayer y de hoy que os iremos presentando poco a poco...

Luis Ángel, Adri y Dion, tras tres o cuatro fotos fallidas
     Y, por último, unas cuantas fotos. El sábado día 12 salimos de excursión a Cuenca, para pasar un día de convivencia y de relax después de tres semanas de exámenes. Aquí tenéis algunos de los momentos que compartimos en una ciudad realmente bonita...

Benjitu, haciendo amigos...
Dion, Peter, Benjitu y Gilles

domingo, 13 de febrero de 2011

tuenmedio

     Con el deseo de compartir la vida de la comunidad formativa de Colmenar Viejo, sale a la luz este sencillo «blog vocacional». Palabras e imágenes que envuelven una sencilla y profunda vida de respuesta a la llamada de Dios. Palabras e imágenes que fijan su atención en la razón de nuestro ser y hacer, Cristo el Señor. Palabras e imágenes que nos invitan a descubrir cómo remar mar adentro, confiados en su Palabra, esperanzados en su Madre y nuestra Madre, impulsados por su Caridad y su Espíritu para llegar y servir a quienes más necesiten. Que estas páginas, querido lector, querida lectora, te sirvan también a ti para experimentar el gozo del descubrimiento vocacional de tu vida cristiana. El tesoro evangélico que estos misioneros claretianos en formación han descubierto, es para compartirlo y multiplicarlo como Dios quiera regalárselo a cada persona.

Luis Ángel de las Heras, cmf


De arriba abajo y de izquierda a derecha: Denis (Rusia), Adrián (Segovia), Emmanuel (Nigeria), Joan (Tarragona), Franklin (Nigeria), Dion (Indonesia), Josep (Gerona), Ephrem (Congo), Reegan (India), Anthony, Michael (Nigeria), Yohanes, Benjitu (Indonesia), Didier (Congo), Gabriel (Vietnam), Gilles (Camerún), Peter (Vietnam) e Iñaki (Bilbao)



¿por qué tú no?

tuenClaret



Antonio Claret no lo tuvo siempre todo claro.
La suya es una historia de búsqueda y de encuentro,
de encuentro y de entrega.

Échale un vistazo a estas experiencias que él mismo cuenta.
Quizá te ayuden a no sentirte solo mientras buscas,
a no alegrarte solo cuando encuentres,
a no guardarte nada si te entregas

 

Gran Torino

     Walt Kowalski, un trabajador del automóvil jubilado, ocupa su tiempo con reparaciones domésticas, cerveza y visitas mensuales al peluquero. Aunque el último deseo de su difunta esposa fue que se confesara, para Walt, un resentido veterano de la Guerra de Corea que mantiene su rifle M–1 limpio y listo, no hay nada que confesar. Aquellos a los que solía considerar sus vecinos se han trasladado o han fallecido y han sido sustituidos por inmigrantes del sudeste asiático, que él desprecia. Ofendido por prácticamente todo, Walt sólo espera a que llegue su última hora. Hasta la noche en que alguien intenta robar su Gran Torino del 72…

viernes, 11 de febrero de 2011

tuenpalabras

Ya sé que hace mucho que lo sabéis,
que os lo dicen, que lo sabéis fríamente
porque os lo dicen con palabras frías…
Yo quiero que lo sepáis de golpe,
hoy, quizá por primera vez, absortos, desconcertados,
libres de todo mito…
Quiero que os lo diga el Espíritu
¡como un hachazo en tronco vivo!

tuenrostros

Ephrem Tshibamfumu, cmf

     Fue a los 12 años, en 1993; mi padre era director de la escuela primaria Yelenge, que pertenecía a la parroquia de S. Pablo (Masi-Manimba) en la R. D. de Congo, y el P. Médard Kwango, misionero claretiano, enseñaba en ella. Llevaba algunos folletos sobre la Congregación –un álbum con fotos e imágenes– y me las ofrecía. Un día estábamos muy entretenidos con un libro de dibujos...
    

tuenvidas

P. Mariano Avellana

      Me llamo Mariano Avellana Lasierra, misionero claretiano. Soy de Aragón, nací cerca de Huesca. Fui misionero incansable de Chile. Mi lema de vida será: ser santo o pedirle a Dios que me envíe la muerte, porque el que no vive para servir a las demás, como hacen los santos, no sirve para vivir. La gente dice que tengo un porte noble, cabello pajizo y voz de trueno. Mi propia naturaleza me llamaba a vivir la vida de la manera más cómoda posible pero escuché  las palabras secretas que Dios desliza en las orejas de aquellos que lo buscan en serio y decidí vivir mi vida para los demás.


      Aquí os pongo una parte de la carta que escribí desde Chile a una prima mía: «Me parece oportuno hablarte de la fidelidad a la vocación; de aquí proviene todo nuestro aprovechamiento en la virtud. Pon tu mirada en Dios; háblale a Él con toda sencillez y amor; haz las cosas por amor a Él y no por contentar a la gente; no te apegues a parientes o amigos ni a la reputación de nobleza, hermosura, talento… Vive la vida interior».

      En tiempos de dificultad, yo digo aquella máxima de Sta. Teresa: «nada te turbe, nada te espante»: ¡Qué fortaleza me ha dado! Cuando nuestro querer no tiene por objeto el honor de Dios y el servicio del prójimo, sino que mira hacia nosotros mismos, no es la voluntad del Señor. Amar y servir a Jesucristo en la persona del papa de Roma y en igual intensidad en la del mendigo de la calle.

      Cuando enfermé sólo le pedía una cosa a Dios, insistentemente: que me permitiera volver a predicar y que la hora de la muerte me encontrara en un hospital de pobres.

tuenClaret (1)


     Nací en la villa de Sallent. Mis padres se llamaban Juan Claret y Josefa Clará, casados, honrados y con mucha fe. Apenas tenía seis años que ya mis amados padres me mandaron a la escuela. Todo lo que me referían y explicaban mis Padres y mi Maestro lo entendía perfectamente, no obstante de ser muy niño; lo que no entendía era  el diálogo del catecismo, que lo recitaba muy bien, pero como el papagayo. Sin embargo, ahora conozco lo bueno que es saberlo, pues que con el tiempo, sin saber cómo ni de qué manera, me venía a la imaginación y caía en la cuenta de aquellas grandes verdades que yo decía y recitaba sin entenderla. A la manera que los botones de las rosas, que con el tiempo se abren, y, si no hay botones, no puede haber rosas, así son las verdades de la Fe. Por estos mismos años de mi infancia y juventud profesaba una devoción cordialísima a María Santísima. Con muchísima frecuencia, desde muy niño acompañado de mi hermana Rosa que era muy devota, iba a visitar un santuario de María Santísima llamado Fusimaña, distante una legua larga de mi casa. 

jueves, 10 de febrero de 2011

tuencasa

     Esta es la melodía que nos hace felices. A veces, lo reconozco, desafinamos. Pero otras veces damos con el tono: el de los empobrecidos, los oprimidos, los escupidos por el mundo… Los claretianos somos  comunidad para la misión y lo que nos une es la pasión por esta música, la que Jesús mismo pone en nuestros corazones: llevar la Buena noticia del Reino con nuestra propia vida a los pobres. A todos los sedientos, a los que desesperan, a los que buscan...