domingo, 21 de abril de 2013

Quiero ser oveja...



Quiero ser oveja que vuelva a tu rebaño.
Oveja recogida cada noche en tu aprisco.
Prendida de tus silbos y libre por tus fueros.
Oveja con olor a su Pastor.

Quiero ser oveja que anhele tus majadas.
Oveja alimentada en tus tiernos ejidos.
Prendida a tu cayado y libre por tus lares.
Oveja con frescor de su Pastor.

Quiero ser oveja a imagen del Cordero.
Oveja que te siga incluso al matadero.
Prendida de tu sangre y libre por tus duelos.
Oveja con amor a su Pastor.

Quiero ser oveja que cruce tus tranqueras.
Oveja amanecida en claras de tu Día.
Prendida de tus jambas y libre por tus brasas.
Oveja con la Luz de su Pastor.

Amén.

martes, 9 de abril de 2013

Álzate, corazón, corazón libre...

Un hermano me ha hecho llegar esta canción...


"Te han sitiado, corazón, y esperan tu renuncia.
Los únicos vencidos, corazón, son los que no luchan.
No te entregues, corazón libre, no te entregues.
No te entregues, corazón libre, no te entregues.
No los dejes, corazón, que maten la alegría.
Remienda con un sueño, corazón, tus alas malheridas.
No te entregues, corazón libre, no te entregues.
No te entregues, corazón libre, no te entregues.
Y recuerda, corazón, la infancia sin fronteras;
el tacto de la vida, corazón, carne de primavera.
No te entregues, corazón libre, no te entregues.
No te entregues, corazón libre, no te entregues.
Se equivocan, corazón, con frágiles cadenas;
más viento que raíces, corazón... ¡Destrózalas y vuela!
No te entregues, corazón libre, no te entregues.
No te entregues, corazón libre, no te entregues.
No los oigas, corazón, que sus voces no te aturdan:
serás cómplice y esclavo, corazón, si es que los escuchas.
No te entregues, corazón libre, no te entregues.
No te entregues, corazón libre, no te entregues.
Adelante, corazón, sin miedo a la derrota.
Durar no es estar vivo, corazón: vivir es otra cosa.
No te entregues, corazón libre, no te entregues.
No te entregues, corazón libre, no te entregues".


[Rafael Amor,
en la inolvidable voz de Mercedes Sosa]

Esta canción me ha hecho recordar un poema...



"Álzate, corazón, consumido de penas,
levántate, que sopla un viento de esperanza
por el mundo, llevándose con él tus inquietudes
y la costra de angustia que apaga tus latidos.
Álzate, viejo amigo, que el Dios de los humildes
ha vuelto de su viaje al país de las sombras
y alumbra con su ojo la prisión en que yaces,
limando los barrotes de tu melancolía".

[Luis Alberto de Cuenca]

Y todo me ha hecho entrar un poco más
en la alta Libertad de Su Pascua,
en el Pecho que basta para mi Corazón...
Entregado a la Vida. Alzado en el Amor.
Gracias, Señor Resucitado.



lunes, 8 de abril de 2013

La experiencia pascual de Denís...


     Denís nos cuenta su experiencia en Semana Santa con el Centro Juvenil Claret de Segovia. Acogemos agradecidos sus palabras:


     Mi experiencia pascual de este año tiene varios momentos.
     El primero es la renovación. Es verdad que en la vida cotidiana muchas veces tomo la fe como algo rutinario y, por así decirlo, normal y corriente. Entre tantas preocupaciones la tomo como un presupuesto ordinario que asumo y luego no le hago mucho caso. Sin embargo, el encuentro con los jóvenes, sobre todo, con los más mayores, me demostró esta situación hipócrita de mi vida. Tal vez porque están en la edad de encrucijada vital, cuando tienen que escoger entre varias opciones y necesitan a alguien que les dé consejo; tal vez, porque su edad es de una mayor inocencia y sinceridad, con lo cual, es más fácil que la fe viva mane de sus corazones; pero es verdad que estos chicos y chicas, que además son laicos, a menudo muestran más fe y más confianza en Dios que yo, y es un reto para mí responder a Dios cada día dentro de mi alma este “creo” que pronunciamos en la renovación de los votos bautismales.
     El segundo momento es la experiencia del rostro. El Centro Juvenil de Segovia no es mi lugar de apostolado habitual, de modo que allí no conocía a nadie más que a Franklin y a Gabriel, y recordar los nombres de los 60 chavales en tres días resultaba casi imposible, porque los nombres no son únicos, no dan individualidad. ¿Cuántos Juanes, Marías, Gonzalos hay? En cambio, cada rostro, estos ojos que me miran y esta boca que me habla, es irrepetible. Me presenta todo un conjunto de rasgos personales, y no de todos, quizá, me doy cuenta; y no todos me agradan; pero siempre es una invitación para amar, no porque me caiga bien o me divierta la persona, sino porque detrás de cada este rostro, que es como un icono vivo, un libro de una historia infinita, está el rostro del Señor.


     El tercer momento es la confianza. Es la experiencia más propiamente pascual que he tenido, porque está relacionada inmediatamente con lo vivido en la Semana Santa. Muchas veces en nuestra vida, y yo en la mía en particular, me siento abandonado por Dios, no entiendo este extraño silencio que me rodea, me adentro en la oscuridad pensando que estoy solo. Pero no hay mal que Dios no convierta en bien para todos, incluso para mí mismo. Siempre está conmigo, siempre; aun cuando no lo quiero. Le doy gracias a Él por su incesante actuar, por su amparo, por su constante presencia; le pido que ayude a los que se sientan abandonados, desconsolados, desesperados, que se les presente como el único que les puede dar la felicidad. Roguemos al Señor.

Denís Malov