Mostrando entradas con la etiqueta Christ. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Christ. Mostrar todas las entradas

domingo, 17 de abril de 2016

¿Quién me mira?


Sé tu nombre.
Sé quién eres.
Sé qué sueñas.
Te llevo sobre mí cada tiempo.

Sé hasta dónde te escapas.
Sé hasta cuándo me esperas.
Sé hasta cómo me escuchas.
Te miro con pasión desde siempre.

Sé que tu oído puede oírme.
Sé que tu nombre en mis labios te estremece.
Sé que tu y Yo, si quieres, podemos ser uno.
Te llevo pensando,
   nombrando
   y sosteniendo
   desde lo eterno.

jueves, 24 de marzo de 2016

Jueves Santo: 'En memoria mía'

No fue un gesto sin cuidado. No fue una despedida sin huida. No fueron palabras al azar. Fue un gesto eterno, unas palabras a fuego, un agradecimiento anticipado, una despedida confiada. Fue un amor hasta el extremo. Él se puso a la mesa. Él supo cómo hacerlo. Adéntrate en el cenáculo. Fíjate en lo que dice. Y deja que tu corazón hable, sin miedo...
Que me alcance
la luz de tu gesto,
el testigo de tu mesa,
la intimidad de tu secreto.
Que me alcance y me supere
-sin miedo y sin permiso-.
Será este el camino
para que Tú
te abajes y me laves,
te abajes y te rompas,
te abajes y te compartas.
Más íntimo que en mí mismo.
Así, tan sólo por mí. 


«Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.» [Jn 13, 1]

domingo, 20 de marzo de 2016

Por lo que te recuerdo...

Si te recuerdo
no es por las puertas alzadas,
ni por el alborozo de los hombres,
ni por los ramos que te acompañan.

Si te recuerdo
no es por la alfombra de mantos,
ni por el entusiasmo de los tuyos,
ni por las piedras que clamaban.

Si te recuerdo
es por tu paso firme y decidido.
Por tu  sin reservas,
por tu decidida respuesta.

Si te recuerdo
es por tu gesto pensado y ofrecido.
Por la copa bendecida,
por el pan partido.
Por el llanto en los olivos,
por el silencio en el beso.
Por el camino que te juzga,
por la cruz que te acaba.
Por el suspiro que exclamas,
por el rostro que inclinas.

Si algo recuerdo,
si de Ti hay algo en mí,
es Tu vida entregada,
es Tu silencio que salva,
es Tu alianza sellada.




domingo, 13 de marzo de 2016

De tu intimidad a mis fronteras


Bajaste de lo íntimo
para hallarte en medio.

Dejaste tu paz
para devolverme la mía.
Escribiste mi perdón
para corregir mi fallo.
Provocaste su cambio
para aceptar el mío.
¿Quién eres
para agacharte conmigo?
Nadie me juzga.
Tú no me condenas.
Y abres ante mí
una nueva puerta.


¿Dónde iré tras este silencio,
tras las caídas de sus piedras,
tras tu amor para conmigo?
Mira que para mí esto es nuevo,
que algo nuevo en mí brota.
Dejo lo que perdido buscaba.
Amo lo que ciego no veía.
Abandono lo que me apartaba
para sanar en Tu mirada la mía.
Y permaneceré en pie
para seguir lo que ya Tú me digas.



domingo, 6 de marzo de 2016

Entre dos amores anda mi vida


Entre dos amores anda mi vida:
entre el que espera sin medida
y el que rehúye sin razón.

Entre dos amores camina, 
entre el que todo lo espera,
lo aguanta y lo soporta,
y el mío frágil,
pequeño,
engreído.

Así es mi vida,
historia de dos amores.
Entre el todo del Padre
y el vacío del hijo.
Entre el que espera con brazos abiertos
y el que sufre la lejanía,
y el que sufre la envidia. 
Entre los besos que sanan
y el silencio que me culpa.

Entre dos amores anda mi vida.
Pero sólo uno es el Amor 
con el que se funden ambos,
donde la culpa se condona,
donde la herida cicatriza,
donde el juicio perdona.
Hoy sólo pido 
que tu amor de Padre
venga a mis lejanías.
Que tu amor de Padre
sea donde sólo habite.



Lecturas del IV Domingo de Cuaresma - Ciclo C

martes, 9 de febrero de 2016

Cambiando: cuaresma 2016 - Change: lenten season 2016

  
   Aunque no siempre lo digamos, nos gustan los cambios. Tienen un toque de novedad, de riesgo, de inquietud. Como si llevarlo a cabo supusiera un desafío pequeño en medio de una aparente normalidad. Y esto a distintos niveles: desde un inocente corte de pelo, pasando por un nuevo modelo de gafas hasta la firme decisión de no enfadarte a la primera de cambio. Efectivamente, estos últimos son los más importantes. Los más profundos. Los que exigen de nosotros una dosis de realismo, de confianza y de libertad mayores. No siempre somos del todo conscientes que los cambios son buenos, hasta cuando una parte de nosotros queda sujeta en la incertidumbre: ¿seré capaz de lograr lo que me propongo? ¿No estaré arriesgando demasiado? ¿Y si me quedase aguardando bajo la excusa de 'virgencita, virgencita, que me quede como estoy'? Ahora bien, no te vamos a engañar. Decidirte a hacer un cambio en tu día a día es difícil. Difícil, sí. Imposible... no. Me temo que no es imposible. Ya lo escribió el evangelista: «para Dios no hay nada imposible» [Lc 1, 37].

  Though we do not say it that much, we want changes. They have a touch, a detail of newness, of risk, of restlessness. It appears like having it done supposes a small challenge in the midst of what is normal. And this is in different levels: from an innocent haircut to the newest model of eyeglasses and even to making a firm decision of not being angry for these changes. Without a doubt, these are important. Even more profound are those which demand from us a dosage of being realistic, of confidence and of freedom. We are not always aware that these changes are for the better until they make us uncertain and ask ourselves: Am I capable of doing what I propose? Is it not asking me too much? And excusing myself and say “I´d better remain as I am”? We are not going to deceit you. To decide that you make a change each day is tough. Tedious, yes. Impossible, no. I doubt that it is not impossible. The evangelist already wrote: “for God, nothing is impossible.” (Lk 1: 37).

   Hoy comenzamos un tiempo especial: la cuaresma. Cuaresma es pararte y ver qué es lo que necesita en mí un cambio. Pero no es cambiar por cambiar, sino conocer qué es aquello que me hace menos yo para ser más como Jesús. O lo que es lo mismo: convertirse para creer de lleno en el Evangelio. Eso será lo que hoy te digan cuando te impongan la ceniza sobre la frente... ¿y por qué ceniza? No es casualidad: ya desde antiguo era usada por quienes públicamente querían cambiar: reconciliarse con ellos mismos, con Dios y con los demás, convertirse en lo que realmente estaban llamados a ser. Es un gesto sencillo que nos recuerda tradiciones que cuentan con siglos de historia. Es poner sobre ti la certeza de que siempre podríamos ser mejores, siempre podríamos ser más parecidos al corazón de Dios. Sin grandes ceremonias ni gritos penitentes, sino con la amabilidad que regala la verdad de sabernos pecadores (ya sabes, menos tú mismo) y que necesitamos de Dios para seguir adelante (recuerda, más como Jesús, más tú mismo). Y Dios, que nos conoce mejor que nosotros mismos, hará posible el milagro: hacernos más como Él nos quiere. Él, mejor que ningún coach actual, sabe cómo poner en valor lo que no está del todo bien en nosotros para que sea la forma de Jesús quien vaya apareciendo poco a poco.
   
   This day marks the beginning of a special season: the lent. Lenten season is to stop and see the things that one has to change. It is not changing for the sake of changing. It is to acknowledge that which makes the “me” lesser and to be more like Jesus. That is the same thing as to change and believe in the Gospel. This is what is said as the priest imposes the ash on our foreheads. And why ash? It is not by chance: since time in memoriam, ash is already used by those who publicly announce that they want to change: to be reconciled with himself, with god and with others, to be converted and to be what they are really called to be. That is a simple gesture that reminds us of traditions and centuries of history. It is to impose on us the certainty that we can always change for the better, that we can always be more like the heart of God. Without extravagant ceremonies, without penitential shouts. But with the tenderness that the acknowledgment of being sinners gives and that we are in need of God to be able to continue journeying. And God, who knows us better more than we do, will make the miracle: to make us more like Him as he wishes. He, unlike any other actual coach, knows how to value those that are not-so-good in us so that they can be like Jesus little by little.

  Nos animamos mutuamente a vivir este tiempo especial. Cuarenta días para fijarnos bien en Cristo para que, cuando llegue el tiempo de Pascua, podamos entrar aún mejor en el misterio de su pasión, de su muerte y de su resurrección. Todo va de la mano... pero conviene no saltarse los pasos. Poco a poco, sin prisas. Hoy toca dejarnos alcanzar por la ceniza que nos recuerda nuestra necesidad de cambio para ser más como Él... ¡y no es poco!

  We mutually remind each other in living this special season. Forty days to fix well our gaze on Christ so that when the Easter season comes, we can even enter more in the mystery of his passion, and of his death and resurrection. Little by little, no need to hurry up. Today let us allow ourselves be imposed by the ash which reminds us of the necessity to change and to be more like Him. And that is already a big step!

  Dejarse hacer por Él.
  Dejarnos convertir por Él.
  Dejarnos parecer a Él.

  ¿Te animas a este cambio? ¿Te unes a este mirarse por dentro para mirarle mejor a Él? No olvides que Él ya te está mirando para acompañar tus pasos... ¡Feliz cuaresma!

  Allow yourself to be made by Him.
  Let us allow ourselves to be changed by Him.
  Let us allow ourselves to be like Him.
   

   Do you welcome this change? Do you unite yourself in this act of looking what is within so that we can look at Him better? Do not forget that he is already looking at you to accompany you in your steps… a meaningful Lenten season!