lunes, 2 de abril de 2012

Prendido en mis cabellos...

Entró por la misma puerta.
Sin llamar, como otras veces.
Pasó al zaguán de siempre
pero ya de otra manera.
Le invitaron a cenar días antes de la Cena.
Y allí también estaban todos.
Judas, el receloso.
Marta, la hacendosa.
Lázaro, el agradecido.
María, la desbordante.
Jesús, el Amor de los amores.
Allí estábamos todos.
El frasco se rompió
-quebraron su Cuerpo-;
el perfume se vertió
-derramó su Sangre-;
engujaron sus pies
-se ciñó la toalla y se puso a lavarles-;
le ungieron con nardo
-lo bajaron y lo cubrieron de aceites-;
el aroma se extendió
-las mujeres corrieron con la Noticia-;
inundó toda la casa
-llegó hasta los confines del mundo-.
Y guardo su olor
prendido en mis cabellos...


1 comentario:

  1. Una buena invitación para ir entrando en la Semana Santa. Gracias!!

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