domingo, 2 de abril de 2017

Lágrimas te ofrezco...






























Te traeré mis lágrimas, Señor.
   que son como las tuyas.
Lágrimas,
  que te hablen de mis anhelos,
  que te cuenten mis tropiezos,
  que me denuncien lo que no entrego.

Te presentaré, Señor, 
   las lágrimas amargas por las que hay en mí de muerto.
Lágrimas que rieguen lo seco;
lágrimas que alivien mis desvelos.

Recoge, Señor, estas lágrimas sinceras.
Aquellas que te entrego
  y las que guardo.
Las que me liberan
  y las que me atan por dentro.
Y con ellas, Señor,
las lágrimas de cuantos son olvidados.

Tú, Señor de la Vida,
traerás contigo la calma a tanto sollozo.
Traerás contigo la paz a un corazón
   que si no muere,
   quiere estar por ti inquieto.

Tú, Señor de la Vida,
en quien creemos.



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