Tenme paciencia, Señor, tenme
paciencia.
La misma con la que Tú amasaste mi
barro
y soplaste en mi rostro aliento de
vida para que existiera.
Tenme paciencia, Señor,
tenme paciencia.
La misma con la que Tú
creciste,
con la que Tú te hiciste
hombre,
con la que Tú viviste entre nosotros.
Tenme paciencia, Señor,
tenme paciencia.
La misma con la que hermoseas mis
brotes frágiles
y fortaleces las ramas que los
sustentan.
Tenme paciencia, Señor,
tenme paciencia,
porque no siempre atiendo
el tiempo de cosecha
ni tampoco me preocupo de
lucir florido
la belleza con la que
bendices mi copa.
Tenme paciencia, Señor,
tenme paciencia.
Bendíceme con la tuya,
la que siempre ha estado
presta a acogerme alejado
y a abrazar cada una de
mis betas.
Tenme paciencia, Señor,
tenme paciencia.
Permíteme ser tan paciente
como Tú eres conmigo.
Porque aun esperando Tú
más de mí que yo mismo,
sólo la vida brota con
toda su fuerza
cuando tu tiempo es también el mío.
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