Qué tendrá el rostro radiante que tanto ensancha.
Qué tendrá el rostro de luz que tanto impulsa.
Qué tendrá Tu rostro, Señor, que tanto nos reveló.
Tanto,
que ni hablar supimos,
que ni responder pudimos.
Tanto,
que sólo el silencio guardó
lo que se dijo de nuevo.
Tanto,
que aún siendo otro eras el mismo;
el tan nuestro y el siempre Eterno,
Tanto,
que ni hablar supimos,
que ni responder pudimos.
Tanto,
que sólo el silencio guardó
lo que se dijo de nuevo.
Tanto,
que aún siendo otro eras el mismo;
el tan nuestro y el siempre Eterno,
el que hasta el extremo nos amó.
Tu rostro,
el cambiado,
Tu rostro,
el cambiado,
el transfigurado,
el del Amor derramado
y la Luz habitable;
el de la Esperanza cierta
y la Vida inapagable.
Tú, el del rostro transfigurado,
por el que clamó el cielo
y la voz resonó.
Tú, el amado.
El Único capaz de hacernos transfigurados.
el del Amor derramado
y la Luz habitable;
el de la Esperanza cierta
y la Vida inapagable.
Tú, el del rostro transfigurado,
por el que clamó el cielo
y la voz resonó.
Tú, el amado.
El Único capaz de hacernos transfigurados.
El Único capaz de acompañar, lleno de luz, nuestros pasos.
El Único que por amor se entregó...
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