¿Soy yo, Maestro?
¿Y tú me lo preguntas?
De la curiosidad a la fascinación.
De la fascinación al entusiasmo.
Del entusiasmo a la ilusión.
De la ilusión a la alegría.
De la alegría a la serenidad.
De la serenidad a la confianza.
De la confianza al seguimiento.
Del seguimiento al compromiso.
Del compromiso a la radicalidad.
De la radicalidad a la exigencia.
De la exigencia a la autosuficiencia.
De la autosuficiencia a la imposición.
De la imposición al desprecio.
Del desprecio al descontento.
Del descontento a la lejanía.
De la lejanía al recelo.
Del recelo al miedo.
Del miedo al disimulo.
Del disimulo a la huída.
Ésta es tu historia.
La línea es tan estrecha...
Perderse tan sencillo...
¿Soy yo acaso, Maestro?
¿Y tú me lo preguntas?
Y Judas le besó.
¿Y tú me lo preguntas?
De la curiosidad a la fascinación.
De la fascinación al entusiasmo.
Del entusiasmo a la ilusión.
De la ilusión a la alegría.
De la alegría a la serenidad.
De la serenidad a la confianza.
De la confianza al seguimiento.
Del seguimiento al compromiso.
Del compromiso a la radicalidad.
De la radicalidad a la exigencia.
De la exigencia a la autosuficiencia.
De la autosuficiencia a la imposición.
De la imposición al desprecio.
Del desprecio al descontento.
Del descontento a la lejanía.
De la lejanía al recelo.
Del recelo al miedo.
Del miedo al disimulo.
Del disimulo a la huída.
Ésta es tu historia.
La línea es tan estrecha...
Perderse tan sencillo...
¿Soy yo acaso, Maestro?
¿Y tú me lo preguntas?
Y Judas le besó.
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