Fotografía de Belén García de la Vega |
Todavía nadie estaba fuera.
No había puestos vacíos en la mesa.
Ni huecos ni desgarros en el corazón.
Aunque Él todo lo sabía.
Aunque ellos todo lo negaran.
Aunque ellos todo lo negaran.
Todavía nadie estaba fuera.
Los había amado tanto...
Pero ellos ya no le miraban.
Pedro y su inquietud.
¿Quién es? ¿A dónde vas?
¿Por qué no puedo? ¡Daré mi vida!
Preguntas, impaciencia,
valentonadas, autosuficiencia.
No entender nada
y querer cubrir el dolor con las palabras.
Judas y su miedo.
Untar el pan, salir corriendo.
Silencios, ingratitud,
temeridad, desconcierto.
No entender nada
y querer cubrir el dolor con el dinero.
Él lo sabía todo, Él les amaba tanto.
Todavía nadie estamos fuera.
Todavía podemos adentrarnos.
Descansar en su pecho conmovido,
donde aún mana su Sangre enamorada.
Todavía nos queda el Corazón
y el Pan entre los dedos.
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