19 de marzo. Solemnidad de S. José. Día del seminario. Es fiesta en los seminarios diocesanos de toda España y también en nuestra casa. Muchos de nosotros, religiosos jóvenes en formación, tenemos vocación al sacerdocio. Por eso, hoy es un buen día para dar gracias por este don. Y también para recordar que para nosotros ser sacerdote tiene algunas peculiaridades que enriquecen mucho la vivencia vocacional. Porque un claretiano no es un cura más. Siendo sacerdote, sigue viviendo la espiritualidad propia de la vida religiosa y de nuestra Congregación. Siendo sacerdote, en su entrega y su servicio concreto sigue teniendo miras universales, misioneras, sin fronteras. Siendo sacerdote, no olvida que está llamado a vivir la comunión con la Iglesia y la vida compartida en una comunidad particular, como testimonio de fraternidad -tan propio de la vida auténticamente religiosa-. Siendo sacerdote, no abandona la necesidad de hacer de su decir y su obrar una profecía creíble y creativa en medio del mundo en que vive, sin nostalgias ni estancamientos, sin incoherencias ni temores. Siendo sacerdote, cree profundamente que la oración es la mayor fuerza que tenemos los cristianos. Siendo sacerdote, se hace servidor, porque sigue ardiendo en su corazón la llamada primera del Amor, porque no hay nada más grande que ver crecer entre las manos esta pasión por Dios, que es pasión por la humanidad...
Ojalá todas estas palabras sean pequeñas verdades de nuestra vida cotidiana, mientras vamos creciendo en amor y entrega: bendecidos por Dios, bendición para todos...
Quiero ser pastor
que vele por los suyos;
árbol frondoso
que dé sombra al cansado;
fuente donde
beba el sediento.
Quiero ser canción
que inunde los silencios;
libro que descubra
horizontes remotos;
poema que deshiele
un corazón frío;
papel donde se pueda
escribir una historia.
Quiero ser risa
en los espacios tristes
y semilla que prende
en el terreno yermo.
Ser carta de amor para el solitario
y grito fuerte para el sordo...
Pastor, árbol o fuente,
canción, libro o poema...
Papel, risa, grito, carta, semilla...
Lo que tú quieras, lo que tú pidas,
lo que tú sueñes, Señor...
eso quiero ser.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
PD.: Hoy se ha ordenado sacerdote el claretiano Manuel Ogalla, cmf, en nuestra parroquia de Sevilla. Aprovechamos para felicitarle y deserale una vida como él mismo describe en la tarjeta de invitación a la ordenación: "Una vida sin desperdicio: reservado para estar atento a las voces del mundo porque son la voz de Jesucristo, reservado para gritar la Buena Noticia, reservado para tocar el corazon de cada hombre, reservado para compartir (que ninguno pase necesidad), reservado para vivir de rodillas con los últimos, reservado para ir por todo el mundo dando la vida... Un corazón reservado para lo que Dios quiera". Que así sea, Manuel...
¡Feliz día para todos!
ResponderEliminarFelicidades!!
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