Experiencia en Roma del Encuentro de jóvenes consagrados
'Lo prometido es deuda', dicen algunos. Otros dicen 'lo bueno se hace esperar'. Poco a poco, iremos relatando aquellas experiencias que hemos ido guardando en el corazón en los últimos meses. Hoy, concretamente, son Charles y Raju los que quieren regalarte su tierra sagrada. Charles quiere contarnos su experiencia en este encuentro de jóvenes consagrados en Roma. Raju, como se nos invitaba en este año de la vida consagrada, hace memoria agradecida de los últimos meses en nuestra comunidad. Ojalá Dios también se esconda en sus palabras para compartir contigo la alegría de seguirle... ¡gracias, hermanos!
Charles, cmf
Celebrar el testimonio de la alegría compartida
"Despierten al Mundo. Evangelio, Profecía, Esperanza', con
este lema se celebraba en Roma el Encuentro Mundial de los Jóvenes Consagrados
y Consagradas. Organizado por la Congregación para los Institutos de Vida
Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA). Entre los ecos y las experiencias vividos me brotan tres
expresiones:
Testimonio.Tener siempre el corazón abierto a lo que nos
dice el Señor. Estamos llamados a dar esa fidelidad. La fidelidad fundada en la
búsqueda, en la aceptación y en el compromiso.
Celebrar la belleza de la vocación.Vivimos nuestra
consagración religiosa iluminada por aquella Luz, la luz con que Jesús, el
Cristo iluminó nuestro corazón cuando nos abrió al camino de las
bienaventuranzas.
Compartir las propias realidades.Nos llama a actualizar de
forma creativa las respuestas que hemos de dar en el momento presente. Una
llamada de amor, que sólo puede ser respondida desde el amor.
De izquierda a derecha: Charles, Raju y Sarin
¡Antes de subir al avión!
Disfrutando de tantos rincones que ofrece la antigua Roma
De izquierda a derecha: P. Reegan, Raju, Rayappa, Sarin y Jobish. Claretianos de India en Roma
Y es por ello que somos invitado a: dar gracias a Dios por
el don de la Vida Consagrada; dar gracias a Dios por abrazar el futuro con
esperanza, confiados en el Señor, al cual hemos ofrecido nuestra vida; dar
gracias a Dios por la capacidad de saber vivir el presente con pasión,
evangelizando nuestra propia vocación y testimoniando al mundo la belleza del
seguimiento de Cristo."
Charles Rolando, cmf
Un verano intenso: vivir el Amor de Dios en la alegría y en el dolor
Raju, cmf en la Plaza de San Pedro
La vida como la vivimos va embarcando en sí mismo muchas experiencias y personas. En últimos tres meses esta realidad ha sido bastante intensa para mí. Ir de vacaciones a la India, estar hospitalizado con dengues de que no esperaba durante vacaciones, volver a la casa, visita la bodega de José María e ir a Roma para participar en el encuentro de los jóvenes consagrados del mundo para volver al final a las fuentes del aprendizaje, son unos momentos que me han enriquecido.
Antes de empezar, quiero agradecer al Señor por tantas gracias y personas que me ha regalado y ha puesto en mi camino para añadir sabor a mi vida. Una de las preguntas que fue repetida por muchas personas de mi familia y de la India fue: ¿cómo puedes mantenerte tan lejos de nuestro país, familia, cultura, comida, etc?Mi respuesta a esta pregunta es la llamada que he recibido y la alegría de la vida consagrada y misionera. Es lo que hace posibles las cosas aparentemente imposibles a nuestros ojos. Pues es el Señor y nuestra Madre quienes me ayudan y acompañan en mi camino para seguirle íntimamente.
Estar hospitalizado con dengues ha sido un tiempo de dolor y de gracia.Yo quería visitar a muchos de mis parientes y amigos, pero Dios les trajo a mí para mostrarme como Él y la gente me quiere. Esta fuerza del amor yo no sólo pude sentirla a través de los que me visitaron, sino también a través de mis hermanos de comunidad y amigos de España que me escribían frecuentemente y rezaban por mí.
La visita a la bodega me ha hecho comprender dos cosas simultáneamente: uno hacer buen vino y otra buena formación. Todo el proceso, la inversión del amor, la cantidad de cuidados, la cercanía y distancia, temperatura, ambiente, etc. son cosas esenciales e importantes para conseguir un mejor vino que da alegría al ojo y a la boca. De la misma manera, en el tiempo de la formación: el ambiente de la comunidad, los que me cuidan, el amor que pongo, mis relaciones con el Señor y con los hermanos, van a influirme para formarme como un buen misionero en la 'bodega claretiana' que es el Inmaculado Corazón de María.
Por último, ha sido una gran oportunidad haber estado presente en las jornadas dirigidas a los joven religiosos del mundo en Roma. Los valores que he recibido allí son para guardarlos dentro e ir profundizando durante toda la vida. Era un gran momento paradar un testimonio al mundo de la alegría de la vida consagrada.
¡Ojalá que Dios sigue inspirando a muchos jóvenes más para vivir y compartir esta alegría!
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