Después de un tiempo muy intenso en nuestra casa de Colmenar Viejo, volvemos a blog para seguir compartiendo con todos un poquito de nuestra vida como jóvenes que crecen y se forman en la vocación claretiana en comunidad. Estas semanas hemos vivido al menos cinco momentos intensos de encuentro con el Señor, de acción de gracias y de impulso para seguir caminando. Os hacemos partícipes de ellos. En el marco de la jornada del seminario que acabamos de celebrar (19 de marzo), sirvan para agradecer a Dios la llamada que un día puso en nuestro camino, para renovar nuestro deseo de responderle con generosidad y para pedirle que encienda el corazón de muchos jóvenes con la llama viva de su Amor. ¡Aquí estamos, Señor! ¡Envíanos!
En primer lugar, una acción de gracias muy especial por Carlos Puerto, que el 10 de febrero pasado celebró con una intensa eucaristía su entrada al Postulando. Llamamos "postulantado" a una primera etapa de la formación para ser claretiano, en que nos vamos preparando para conocer la Congregación y conocernos un poquito mejor a nosotros mismos, para seguir discerniendo la llamada en el contexto cotidiano de una comunidad claretiana, para crecer en el camino del discipulado en la senda de la vida religiosa. ¡Gracias, Carlos, por dar este paso con alegría y con esperanza! ¡Y gracias a ti, Señor, que sigues ensanchando nuestra familia con el don de personas que desean entregarse por entero en tu seguimiento!
De Carlos, que empieza su camino entre nosotros, a Joan Bové, que lo continúa con disponibilidad y servicio, ahora recibiendo la ordenación diaconal. Joan vivió en esta casa hasta hace dos años, en que finalizó sus estudios de Teología. Pertenece a la provincia claretiana de Cataluña y actualmente forma parte de la comunidad de Vic, desde donde sigue estudiando y trabaja ayudando a los inmigrantes de la ciudad. El sábado 22 de febrero, en el templo San Antonio María Claret y de manos del obispo de Vic, Mons. Romà Casanova, Joan fue ordenado diacono, para más amar y servir a la Iglesia. Algunos de nosotros pudimos acompañarle en un momento tan significativo. Desde aquí, agradecidos por tu vida, tu vocación y tus deseos de entregarte, esperamos que este camino ministerial te lleve, Joan, donde más necesiten una palabra de aliento y de Vida, un gesto de Amor de Dios.
Sólo un fin de semana después, del 28 de febrero al 2 de marzo, tuvo
lugar en Colmenar Viejo el Encuentro
de estudiantes claretianos de 2014. Tradicionalmente este encuentro
congrega una vez al año a los estudiantes de las provincias de Iberia con el
objetivo de reservar unos días de reflexión, conocimiento, estudio, celebración
y vivencia compartida del carisma claretiano. Como novedad con respecto a
encuentros precedentes, este año hemos
contado con la presencia de un grupo de cuatro estudiantes de Polonia,
acompañados por su formador. Junto a ellos, un estudiante de
Euskal Herria y los formandos de los centros formativos de Granada y de
Colmenar Viejo, acompañados asimismo por sus respectivos formadores. También se
unió al encuentro durante todo su desarrollo el P. Mathew Vattamattan, prefecto
general de formación. Hasta completar un total de treinta y seis personas. La tarde del 28 de febrero, las calles de
Madrid nos daban la bienvenida y, a través de ellas, pudimos sintonizar con la
experiencia vital del P. Claret, quien recorrió durante diez años aquellos
mismos lugares en su tarea como confesor de la reina Isabel II. Acompañados por el P. Severiano Blanco, con un
vastísimo conocimiento del Madrid de Claret, tratamos de comprender y acoger la
vida apostólica del Fundador en el corazón de la capital de España.
Después
de un paseo de unas tres horas, muy agradecidos al P. Fundador y a los primeros
claretianos, así como al P. Severiano, regresamos a Colmenar Viejo. Tras la cena, el provincial de la provincia de
Santiago, P. Luis Ángel de las Heras, nos dio la bienvenida al encuentro,
animándonos a agradecer este tiempo de oportunidad para seguir formándonos como
jóvenes misioneros con los retos y las llamadas que nos plantea actualmente la
situación europea. Precisamente éste que señaló el P. Luis Ángel constituyó el fondo
del encuentro, el cual se desarrolló bajo el lema «Caminos de Espíritu y Misión
para Europa». El contexto europeo está siendo objeto de preocupación, reflexión
y esperanza en la congregación en estos momentos. Acogiendo este movimiento
congregacional, los estudiantes hemos querido acercarnos a la realidad como
jóvenes que nos formamos en Europa y que, en la gran mayoría de los casos, viviremos como misioneros en este suelo. Abordamos
esta cuestión en tres grandes bloques. En un primer momento que se prolongó
durante toda la mañana del sábado, tuvimos oportunidad de acercarnos a las
necesidades espirituales del hombre europeo actual y a una posible lectura del
carisma claretiano como respuesta renovada a dichas necesidades. El trabajo
estuvo iluminado y guiado por los estudiantes de Colmenar. El segundo bloque,
animado y conducido por los estudiantes de Granada, nos ocupó toda la tarde y en
él tratamos de descubrir qué evangelización necesita Europa en nuestros días y
cómo el carisma claretiano puede responder a las mismas. Tanto por la mañana
como por la tarde, el grupo de Polonia, haciendo un esfuerzo encomiable, aportó
la visión y las particularidades del este europeo al respecto de cada uno de
los temas que se iban tratando. El tercer bloque del encuentro lo constituyó la
mañana del domingo, en que intentamos hacer una síntesis de lo expuesto y
profundizado el sábado de cara a mejorar nuestra formación con propuestas y
líneas de acción concretas. Después de un diálogo pausado por grupos, pudimos
exponer y confrontar nuestras inquietudes con los formadores y el P. Mathew en
un compartir abierto.
Además
del trabajo que acabamos de detallar, el encuentro tuvo momentos celebrativos y
de convivencia. Agradecemos
a la congregación los esfuerzos y los desvelos por ofrecernos a los estudiantes
espacios y tiempos de crecimiento y de profundización en los retos que nos
presenta la sociedad actual y en el tesoro impagable de nuestro carisma. La
tarea de la vivencia espiritual y la evangelización es inmensa pero apasionante
en cualquier parte del planeta. Hoy es urgente una mirada atenta, honda y
compasiva —misionera— para la vieja Europa. Y en la construcción de esta
mirada, los misioneros jóvenes en formación inicial seremos —somos ya—
protagonistas. Que María, la del Corazón inmaculado y ardiente nos transforme a
imagen de su Hijo para ir aprendiendo a amar a cada persona con la que compartimos
camino, y poder así, en medio de ellos y con ellos, «arder en caridad y abrasar
a todos los hombres en el fuego del divino amor». Así sea.
Y, por último -que no menos importante-, un par de motivos más para dar gracias. El fin de semana del 8 y 9 de marzo, nuestra casa acogió dos encuentros simultáneos. Por un lado, nuestros hermanos Gabriel (provincia de FIlipinas), Joan (provincia de Cataluña) y Miguel (provincia Bética) se reunieron en uno de los encuentros de preparación a las órdenes que están teniendo este curso. Juntos pudieron compartir y profundizar lo que significa ser hoy un ministro ordenado desde la fe común de la Iglesia y el carisma claretiano. Por otra parte, un grupo de colegiales del Colegio Mayor Jaime del Amo se desplazaron hasta Colmenar para tener una convivencia cristiana. Durante estos dos días, cortos
pero intensos, los colegiales tuvieron momentos de reflexión personal y se
acercaron a la mirada de Dios. El sábado por la tarde, en un largo paseo, los
colegiales tuvieron la oportunidad de visitar la Ermita de Nuestra Señora de
los Remedios. Al anochecer se celebró un momento de oración con la colaboración
de algunos de nosotros. El encuentro en la capilla se vio amenizado con
distintas canciones, en un ambiente acogedor. Para terminar el día, los
colegiales tuvieron la oportunidad de disfrutar el visionado de una película, también acompañados por nosotros. El domingo los colegiales asistieron a la
Eucaristía celebrada en la Iglesia del seminario, junto a la gente del pueblo.
Antes de comer, tuvo lugar la última actividad de las convivencias, en la cual,
tres de nosotros relatamos nuestras vivencias, nuestra experiencia como cristianos,
nuestra fe... Muy agradecidos por su presencia en nuestra casa y por la mucha alegría con que vivieron estos momentos unos y otros, deseamos a estos jóvenes (misioneros y colegiales) un fantástico año y una mejor vida de fe a la escucha del Señor y al servicio de sus hermanos. ¡Gracias!
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