domingo, 22 de noviembre de 2015

A Ti, Rey eterno...


¿Adónde serán llevadas
   nuestras plegarias clavadas?

¿Adónde
   tantos gritos eternos,
   tantos susurros llenos,
   tantas lágrimas ofrecidas sin remedio?

¿Adónde serán llevadas
   tantas vidas encontradas,
   tantas vidas dolidas,
   tantas vidas compartidas
   tantas vidas tan poco amadas?

¿A dónde irán nuestras acciones regaladas?
¿Adónde nuestras ganas de vivir?
¿Adónde estos deseos de seguimiento,
   esta certeza de vivir en lo correcto
   aún con tantas sombras de infidelidad?

¿Y dónde serán colmados todos los esfuerzos,
   todo lo dejado,
   todo lo ofrecido,
   todo lo ansiado?

Adónde irán a parar…
   Sólo Tú lo sabes.
   Sólo Tú lo conoces.
   Sólo Tú lo podrás hacer eterno.

Tú,
   nuestro Principio y Fin,
   nuestro Alfa y Omega,
   nuestra Raíz y Viento,
   nuestra Puerta y Camino,
   nuestro Fuego eterno.
Tú, el Rey del Universo.

Tú, adonde todo será llevado,
   amado, bendecido y colmado.

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