De forma sencilla y honda compartimos la experiencia pascual de dos de nuestros hermanos: Charles y Peter. Una mirada nueva desde los ojos de quienes han dejado familia, tierra y comodidades para vivir donde el Espíritu de Dios les llevase. Desde Vietnam y Paraguay en Colmenar Viejo, para el mundo... ¡qué bueno caminar con vosotros! ¡Gracias, hermanos! Y también contamos con el testimonio de José María, un nuevo miembro de nuestra comunidad desde septiembre. ¡Gracias por tu mirada, hermano!
Y para ti... ¿podrás decir «¡qué bueno caminar contigo!»? Te invitamos a compartirlo con nosotros y con Él. ¡Feliz Domingo!
EL DON DE LA GRATUIDAD Y EL DON DEL MISTERIO
Un recuerdo del camino |
Charles junto al equipo de monitores de la Pascua de Segovia |
Agradezco infinitamente a todos aquellos que participaron en esta pascua misionera. Sin ellos sería imposible experimentar el don de la gratuidad y el don del Misterio Pascual. Un Paso hacia la vida, la fortaleza, la felicidad, el amor, la entrega, el camino, la familia y hacia el Misterio.
Todavía estamos llamados a compartir este don que se nos da en el Misterio de la Vida, Misterio que seguirá siendo incomprensible ante la mirada humana. Solamente con una mirada de Fe, una mirada Creyente, una mirada Amante y una mirada testimonial de la Resurrección se vuelve clarividente el Misterio encarnado hecho hombre y resucitado ante los ojos gratuitos del Dios de la Vida.
Y ahora nos toca sencillamente proclamar: ¡Cristo ha resucitado! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
Charles Rolón, cmf
UN SERVICIO INIMAGINABLE
En este camino no siento que lleve conmigo a Dios a donde Él me conduce, sino que vivo en una constante invitación a descubrirle en el corazón de la gente con la que vivo.
Sé que Dios está vivo porque he escuchado su voz, he visto su rostro, he sentido su amor, su cercanía y su presencia en este pueblo de Colmenar Viejo. Gracias, Señor, por vivir en mis hermanos.
Peter, cmf
UNA NUEVA VIDA
Me ha enseñado lo mucho que sufre este mundo, lo que nos quejamos, lo poco que aguantamos a nuestros hermanos, lo avariciosos y egoístas que nos volvemos por el «tener». Sin embargo, me ha regalado una mirada más sincera, una forma de perdonar, una entrega de amor diferente, me ha dicho un ¡cuento contigo! porque sigue a mi lado. Y aquí estoy alegre de recibir su luz, contento por saberme hijo suyo. Perdonado de todas mis faltas y amado hasta el extremo. Escucharte en el silencio ha sido lo más grande de estos días, abrir mi corazón y contarte cómo iba siendo este primer año aquí, sin mi Semana Santa como cofrade.