Pues sí. Ya ha llegado el final de este curso intenso y en esta comunidad formativa intercultural hemos querido festejarlo con una buena misa y una buena mesa la víspera de la solemnidad del Corpus Christi. Claretianos, familiares y amigos nos han acompañado para dar juntos gracias a Dios por este año y para despedir a nuestro hermano Gabriel, que ha concluido con éxito sus estudios de teología aquí en España y regresará en unos días a su Vietnam natal para continuar su camino misionero.
Muy agradecidos por lo mucho bueno compartido y deseando que sigamos creciendo en la fe y en el compartir, aquí os dejamos unas fotos cargadas de alegría. Y deseamos a Gabriel una feliz e intensa vida misionera: que María te siga acompañando y vele por ti cada uno de los días de tu vida.
¡Buen viaje!
Muy agradecidos por lo mucho bueno compartido y deseando que sigamos creciendo en la fe y en el compartir, aquí os dejamos unas fotos cargadas de alegría. Y deseamos a Gabriel una feliz e intensa vida misionera: que María te siga acompañando y vele por ti cada uno de los días de tu vida.
¡Buen viaje!
Y de un hermano que se marcha a otro que no hace mucho comenzó su andadura con nosotros... Aunque la Semana Santa queda un poco lejos, hoy, solemnidad del Corpus Christi, revivimos con especial intensidad el misterio de la pasión, muerte y resurrección del Señor. Por eso queremos traer aquí el testimonio que Carlos Puerto escribió a raíz de su experiencia en la Pascua contemplativa, celebrada en Colmenar durante el triduo pascual de 2014. Le agradecemos sus palabras y pedimos al Señor que en este día renueve nuestro deseo de alimentarnos de su entrega y de vivir entregados a quienes sufren hambre y sed de caridad. ¡Feliz día del Corpus!:
"Tradicionalmente, la Semana Santa ha sido para mí un momento de Fe compartida, de vivencias comunitarias y servicio, sobre todo servicio (en especial los últimos años). Hasta tal punto que, en muchos casos, no fui capaz de tomar conciencia de lo vivido y, puesto que el “retorno a Galilea” nunca es tranquilo, más de un año pasó sin que fuera capaz de vivir el misterio.
Este año he de reconocer que el miércoles me pilló de improviso. Aunque era consciente de la fecha, echaba en falta el ritual previo a tan señaladas fechas: adecentar la casa, preparación de materiales, confirmación y distribución de participantes…
No obstante, llegó el miércoles y con él el silencio; el encuentro con Jesús, sin intermediarios, sin distracciones ni obligaciones. Él y yo solos, en un cara a cara.
Y es que esa es la clave de la Pascua Contemplativa, el encuentro íntimo con Jesús, profundizando en la experiencia de Él en mi vida, sintiendo y consintiendo su Amor y desempolvando mi interior para descubrir las heridas que creía curadas a fuerza de ignorarlas.
Han sido días de descubrirme en Él y descubrirle en mí, de centrar mi vida, de tomar conciencia de lo que vivo, cómo lo vivo y porqué lo vivo. Tiempo de intimidad y reencuentro en el silencio. De acogerle, acogerme y aceptarme. De sentir la mirada amorosa del Padre y redescubrir el sentido de la entrega.
Este año he tenido la suerte de poder sentarme a la mesa y escuchar a Jesús, cediendo el papel de Marta a otros en contra de mi “tendencia natural”. Y al hacerlo, al contravenir mi predisposición al servicio para confrontar mi intimidad con Dios, he podido ver rincones que desconocía (o había decidido ignorar).
Supongo que volverán a pasar años antes de que pueda disfrutar de una Semana Santa semejante; a fin de cuentas, nuestra Fe nos urge a la entrega. Pero conviene, de tanto en cuanto, plantearse una Pascua distinta; profundizando en el misterio, en silencio, contemplando el milagro y dejando que tome forma en nosotros".
[Carlos Puerto]
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