Salir del Seno... Narrarse la propia vida con sentido... Recorrer las heridas para comprender quiénes somos... Reconciliarse con quienes nos amaron, aunque no consiguieran acertar... Enterrar a los muertos... Dejar marchar... Descubrir al otro... Hacer el mal que no queremos... Crecer... Buscar un hueco en el mundo... Aprender la libertad... Vivir desde el poder o desde la impotencia... Poblar la naturaleza de humanidad... Arrastrar la soledad... Descubrir el dolor ajeno... Asombrarse... Temer... Desterrar al Dios castigador... Cantar la delicadeza del corazón humano... Preguntarse... Encontrarse... Dejar que el agua nos empape y nos libere... Despertarse con hielo bajo los pies... Atreverse a elegir la puerta estrecha... Confiar radicalmente... Asumir que la bondad no se impone... Saltar entre los bancos... Saberse débil e hipócrita... Ensalzar lo sutil y lo escondido de la presencia... Fracasar para convertirse... Perdonarse... Despertar el deseo... Sentirse pecador y lanzar la culpa al río... Rebelarse... Arrodillarse... Abrazar... Esperar... Esperanzarse... Entregar... Reencontrar... Entregarse... Hacer fiesta... Entrar en la luz... Poner a Dios rostro de Madre... Seguir viviendo... Volver al Seno... AMAR...
"Si no sabes amar,
tu vida pasará como un destello"
"El árbol de la vida" (Terrence Malick). Una película abrumadora. Todas las palabras sobran, también las nuestras. Basta contemplar. La naturaleza, el hombre y Dios -la VIDA- contados con una belleza y una hondura a las que no estamos acostumbrados. Y con un rostro de mujer para la eternidad...
Una película inolvidable! Fluye por el tuétano como la vida, la natraleza o DIOS.
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